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Es muy difícil hacer cosas nuevas en el género de terror, ¿qué referencias tomaste para este filme?
Me gusta mucho el trabajo del cineasta francés Georges Franju, pero también la locura y obsesión que vemos en el filme Bunny Lake Is Missing (1965) de Otto Preminger. Me gustan mucho la atmósfera y el misterio del británico Nicolas Roeg, que tiene películas indescifrables. Severin Fiala (codirector) y yo simplemente hicimos la película que nos gustaría ver.
A diferencia de muchos filmes de terror, este se encuentra muy enraizado en lo cotidiano…
Lo más fuerte en este filme es el juego de poder dentro de la familia. Todos los días vemos cómo una madre soltera debe estar a cargo de sus hijos y controlarlos, sin conseguirlo muchas veces. A menudo los niños se hacen cargo de ellos mismos. Por eso queríamos plasmar esa realidad moderna. Esta película realmente nos dice algo sobre el juego mental entre madres e hijos. Nuestro terror es físico y mental a la vez.
En realidad, la película es bastante perturbadora…
Nosotros queríamos sentir eso al verla. Esa era nuestra meta desde el inicio.
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¿Qué es lo más aterrador que a tu criterio tiene esta película?
Creo que justamente el hecho de que esté tan enraizada en la realidad es lo que la hace tan aterradora. Cualquiera en cualquier parte del mundo puede sentirse identificado. Todos tenemos una familia. Todos tenemos una madre. El miedo está ahí, en la familia, con nosotros.
La perspectiva de los niños protagonistas es fundamental para el suspenso…
La idea original fue que mamá regresa a casa y se ve diferente, se comporta de diferente, y los dos chicos empiezan a dudar de quién es. Queríamos contar todo desde la perspectiva de los niños, y es por eso que era muy importante mostrar el aspecto frágil de sus mentes. Tuvimos que tener tomas muy estáticas y oscuras en la casa, tuvimos que utilizar como 35 persianas para que todo quedara oscuro. Después de aproximadamente dos tercios de la película, hay una modificación, tenemos una luz muy dura y una cámara en mano para seguir todo lo que pasa.
¿Cuánto nos acerca este filme a Austria?
Creo que la frialdad, propia de nuestro estilo, es lo que acercará al público a lo que es mi país.
¿Cuál fue el rol de tu esposo Ulrich Seidl como productor y cómo influyó en la película?
Cada productor hace una diferencia en una película. Es un aporte diferente para el filme, por lo que puede ayudar o ser perjudicial. Fuimos muy afortunados con Ulrich, porque él mismo es un artista y, por lo tanto, nos dio completa libertad. Como productor, antepone la visión artística, el dinero viene después. Pero, al mismo tiempo, tienes que convencerlo. Tienes que darle buenas razones para cada una de tus decisiones.
Los gemelos Elias y Lukas Schwarz son geniales en sus roles, ¿cómo diste con ellos?
Sinceramente, tuvimos mucho miedo durante el proceso de casting porque parecía muy difícil encontrar a dos gemelos de 10 años en Austria que pudieran actuar en roles protagónicos. Sin embargo, gracias a varios directores de colegios terminamos recibiendo a 120 pares de gemelos. Finalmente, elegimos a Elias y Lukas no solo por su genial talento, sino por su persistencia, que es más grande que la de muchos actores adultos que he conocido. Ambos siguen diciendo que el verano en que rodamos ha sido el mejor de sus vidas.