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20TH CENTURY FOX¿Cuál fue tu primera reacción a la idea de una película sobre Eddie ‘El Águila’ Edwards?
Pues yo sabía todo sobre Eddie. Él es algo así como una leyenda en Australia. Tiene toda esa actitud de intentar cosas y nunca darse por vencido. Los australianos, de cierta forma, preferimos a alguien que lo intenta y pierde, que al típico ganador seguro y aburrido. Por eso, cuando leí el guion, me pareció muy real y humano. Me recordó por un momento a Billy Elliot (2000) y un poco a Jamaica bajo cero (1993). Es graciosa, conmovedora y, como soy aficionado a los deportes, me encantó…
¿Cómo así los australianos son tan fanáticos de Eddie?
Fue una gran historia en 1988. Para ser sincero, las Olimpiadas de Invierno no son muy populares en Australia. Creo que solo tenemos un medallista de oro, no somos tan buenos; por eso, la historia de Volando alto capturó a todo el país y nos encantó. A los australianos nos encanta reír y nos encanta saber de alguien que no le teme a cumplir sus sueños. Recuerdo todo sobre la aventura de Eddie en ese entonces y recuerdo que me hipnotizó.
Eddie es el espíritu mismo de las Olimpiadas, de la competencia amateur…
Totalmente. El salto de esquí es un deporte de muy alto nivel. Pero este chico, que había hecho su primer salto dos años antes, decidió que quería ir a las Olimpiadas. Entró por un tecnicismo y lo logró, y fue fantástico. No recuerdo a una sola persona de esas Olimpiadas, pero recuerdo a Eddie ‘El Águila’. Esa es una historia de la que nos debemos enorgullecer.
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¿Crees que Taron Egerton logró capturar la personalidad de Eddie?
Me impresiona y me enorgullece lo que ha hecho. Es muy difícil interpretar a Eddie, pero él no ha hecho una mera imitación. Tiene la esencia de Eddie en todas las formas. Tiene su optimismo y su humor. Lo que ha hecho es realmente conmovedor
Christopher Walken hace una pequeña aparición, ¿cómo fue trabajar con él?
¡Es un ícono! Sé que esa palabra se usa mucho últimamente, pero él es único. Cuando grabas una escena con él, sabes que las cosas no pueden salir mal. No había que hacer mucho esfuerzo. Solo debía cuidarme de que no se me cayera la baba (risas).
Tu personaje, Bronson Peary, es un entrenador poco impresionable que al inicio no quiere ayudar a Eddie, ¿cómo finalmente terminan juntos en esta aventura?
Bronson tenía mucho talento de joven. Era algo así como un chico prodigio, pero no tenía la disciplina ni la humildad necesaria para lograr cosas grandes. Entonces se autodestruye. Vive la vida a su manera y ese es el principal punto en común con Eddie. Se identifica con él, pero ve cómo está cometiendo los mismos errores. La película muestra cómo un buen amigo puede cambiarte la vida.