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Científicos de la universidad londinense Queen Mary aseguran haber identificado al hombre que se esconde tras el seudónimo de Banksy, gracias a un método empleado por la policía para desenmascarar a delincuentes.
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El equipo de investigadores seleccionó 140 obras atribuidas al artista en Londres y Bristol, su ciudad de origen.
Gracias a su posición en esas ciudades, han destacado una serie de “puntos neurálgicos”, como un pub, unos terrenos deportivos, una dirección en Bristol y otras tres en la capital británica.
Todos estos lugares tienen en común que han sido frecuentados por un tal Robin Gunningham, cuyo nombre circula desde 2008 como el que posiblemente corresponda a este artista tan celoso de su anonimato.
En su estudio, los investigadores recurrieron al “perfilamiento geográfico”, una metodología que se sirve de la localización de una serie de crímenes atribuidos al mismo sospechoso para determinar la zona de residencia más probable del delincuente.
El blog especializado en nuevas tecnologías Gizmodo denunció que, al razonar así, los investigadores están asociando el arte de Banksy a “actos menores de terrorismo”. Igualmente pone en cuestión sus conclusiones, destacando que Banksy no firma sus obras y que a veces se le atribuyen algunas de forma equivocada.
Las obras del artista, considerado uno de los principales maestros del street art, pueden llegar a valer cientos de miles de dólares.