¿Cuál es tu playa favorita y por qué?
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Definitivamente es Santa María. Voy desde que tengo uso de razón y le tengo un ‘camote’ especial. Además, está cerca a Lima, esa es una gran ventaja. El mar en la zona de Embajadores es muy tranquilo. El club tiene la piscina mas grande de agua salada en Latinoamérica, que es espectacular. Y la playa grande siempre será una aventura (y tiene las mejores raspadillas). Todavía recuerdo que en una época se me dio por ir a Asia y le rogaba a mi familia que nos mudáramos a una playa de allá en los veranos. Felizmente no me hicieron caso, me hubiera arrepentido toda la vida. Creo que seré por siempre una ‘Santa María lover’. Es una playa súper completa, con un poco de todo.
¿Cómo es tu día de playa perfecto?
Bueno, un día perfecto en la playa tiene que ser soleado. En Lima el mar estará siempre congelado y, la verdad, eso me encanta. La leche de tigre y una chela serían la combinación perfecta para tomar y picar algo de comer. Obvio, deben estar los amigos con los que haces grupo y hablas tontería y media, mientras se inventan cosas para ir conversando y relajarse durante el día. Quedarse a ver el sunset también es básico.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos playeros?
¡Ufff!, mis mejores recuerdos playeros son las ‘chicotecas’ que se armaban en Santa María. Eran, básicamente, discotecas para chibolos, su nombre lo dice. Igual una se afanaba mal, arreglándose y viendo qué top se ponía para estar linda… jajaja. (¡Dios, qué desastre era la moda de esa época!). Tu máxima diversión en cuanto a trago eran un vaso de chicha o una gaseosa y, claro, el momento de los lentos era un verdadero clásico. Los chicos se morían y nosotras solo queríamos salir corriendo. Cuando sonaba la clásica lenta de Armagedon, esa de Aerosmith que decía I dont wanna close my eyes…, tú tenías que estirar los brazos para que el chico no te aplastara y apachurrara en exceso… y él solo quería poder agarrar sus manos por detrás de tu espalda…
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¿Qué debería mejorar en las playas de Lima?
Deberíamos proteger más las playas de la contaminación. La gente sigue llevando lo que le da la gana a las playas, no les ponen límites y, lo que es peor, botan las cosas al mar. Otra maldad: la gente que sigue pensando que la arena y cualquier parte de la playa son urinarios. ¡Ya basta, no se pasen! He sido miembro activa de campañas para limpiar las playas y sacar toda la basura del agua a través de concursos y formas divertidas de generar conciencia, y sé lo que es. Hay que cuidar nuestro mar.
¿Qué costumbre playera debería desterrarse?
La de que no nos dejen hacer topless. ¡Estamos en pleno siglo XXI! Ya toca. Y que vivan las tangas también. Hay mucho tío puritano y tía cucufata. Por otro lado, no deberían bañarse con polo o pantalón de lycra en el mar, no se maleen. Aunque el peor es el que va sin ropa de baño y se mete al mar en calzoncillos. ¡Se pasa!
¿Qué planes para este verano?
El verano pasado trabajé en Asia y lo disfruté, aunque nunca tanto. Para este 2016 sí quiero playa en todo el sentido de la palabra. Incluso estoy tratando de organizarme para poder bajar aunque sea una vez por semana a la Costa Verde, después de la radio, para disfrutar el mar al máximo. Amo el mar, me puedo quedar horas ahí.