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(Opinión) Caminando por ahí

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Por Zoë Massey

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Hace unos días tuve una reunión en Miraflores para ponerle fecha a una de las tardes más bonitas del año y caí, así como quien no quiere la cosa, en la muestra Stained de Abel Bentín. Con vista a la calle, la sala Siete Setenta del Centro Cultural Ricardo Palma nos invita a ver un poco de su trabajo y, en lo personal, me deja con ganas de ver más.

Hace un tiempo en la Galería Lucía de la Puente, vi una de las muestras que ese año, 2012, más me gustó y era de Bentín mismo. Sentí que paseaba por un extracto de Alicia en el País de las Maravillas con un twist un poco oscuro. Ahí empezaba a conocer su trabajo. Hoy, esta muestra, aunque me gusta, me deja esperando más. Los chorreados negros y dorados me hacen preguntar ¿dónde está el resto?

Según lo que logro indagar, él busca vandalizar esas imágenes que se relacionan con el lujo, como signo de ‘clase’ por la misma sociedad.

Paseando entonces por esta sala de Larco se me ocurrió bajar al sótano del Centro Cultural Ricardo Palma y me di con la sorpresa de que aún estaba ahí el Del cazamariposas y otros cuentos, de Sheila Alvarado. La fui a ver hace unas semanas, en julio, y entre la Feria del Libro y otros eventos pensé que no me daría tiempo de comentarla. Al fin y al cabo, son solo cuatro miércoles al mes los que esta esquina te invade.

Sheila hace unos años tiene mi ojo acostumbrado a verla al mejor Limeña Girl Style, una versión pin up de ella misma, que ha logrado convertir en todo un producto de lo más marketeado, desde tazas, a bolsos, naipes, libretas, postales, etc., etc., etc. Pero tiene un lado más íntimo en su trabajo, algo mucho más personal, un lado que es un poco desueño y fantasía. Que es poesía ilustrada y también es palabra. Palabras que llenan las paredes de toda la galería, que acompañan a las imágenes y que te llevan como si pasearas dentro de un cuento, pero no por la fantasía, sino más bien como paseándote por las páginas mismas, entre las oraciones, las comas y los puntos.

Es un trabajo que se me hace bonito, aunque sí, se me hizo tanto texto que no llegué a leer ni la mitad. Tal vez un poco menos hubiera funcionado mejor, tal vez algo más pequeño como para poder gozarlo completo, no lo sé. Sí sé que te recomiendo ir a ver ambas muestras en el Centro Cultural Ricardo Palma y ya que estás por ahí te pases por la Galería Miró Quesada Garland (Av. Larco 450), donde acaban de inaugurar una muestra de foto, Piel de Tierra, con los resultados de la primera maestría de fotografía del Centro de la Imagen. Aún no la vi, pero si lo haces, por ahí esta vez me cuentas cómo estuvo a ver si me lanzo. De hecho suena bien y me mete el bichito por hacer esa maestría, aunque creo que primero para poder hacerla tendría que empeñar la córnea o hacer una photoshopeada bailable.

Ah sí, si te da curiosidad saber cuál es esa tarde que me gusta tanto, anda el domingo 30 de agosto al Parque María Reiche en el Malecón de Miraflores y vuela cometa con nosotros.

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