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(Opinión) Leer y leer

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‘No hay sueldo que alcance, hacen falta bibliotecas’, me comentó hace poco un amigo al preguntarle cómo veía esta edición de la Feria del Libro. Y sí, pues, ya el año pasado quise comprar la mitad de todo lo que vi y al final salí con un par de libros de fotografía de la selva que estaban en megaoferta y con la sensación de no poder leer todo lo que quería. Fui apachurrada por miles de personas que me pregunto si de verdad compran o salen con esa misma sensación.

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Recuerdo que de chica mi abuela me llevaba a las ferias del libro. Y no íbamos solo una vez, volvíamos, cargábamos con lo que podíamos y ella siempre conseguía unos precios increíbles. De feria, pues. Hoy no solo encuentras casi los mismos precios que en la tienda, sino que encima andamos corriendo el riesgo de que este sea el último año que los encontremos así. Eso porque aún no se aprueba la prórroga de la ley que exonera de impuestos a los libros, que vence en octubre. Si no se hace, los precios subirán hasta en un 33%… Sí, un 33% sobre nuestra ya casi lejana posibilidad de tener el placer de abrir un libro nuevo. Me pregunto cuál será el amarrado ahí para que a alguien se le ocurra que esto en nuestro país es siquiera remotamente una buena idea, y si no se acuerdan de nuestra posición en el ranking internacional de comprensión lectora.

El año pasado tuve la suerte de conocer Buenos Aires con sus enormes tiendas de libros y también las más pequeñas y escondidas. Regresé con sobrepeso en unas maletas cargadas de libros que ni en sueños podría haber comprado aquí, ya sea porque no los venden o porque no alcanza el sueldo, efectivamente. Entonces, no entiendo por qué si ‘avanzamos’ no se apoya más el acceso a la lectura. Leer te hace viajar, te desconecta del día, refuerza tu imaginación, te invita a reflexionar, respirar, disfrutar de un buen momento sin estar pendiente de lo que hablan los demás en redes sociales. Regalarle a alguien un libro es como darle una oportunidad de vivir otra vida. Leerle a un niño un cuento, o a un anciano cuyos ojos ya no funcionan como antes, es hacerlos volar.

Entonces, igual sé que puedes encontrar cosas muy interesantes en la feria, desde estas nuevas maravillas ilustradas para niños que muchos adultos compran para ellos, hasta novelas, ficción, ciencia, historia, ensayos políticos, cómics, algo de oscuridad y siempre ese olor mágico del libro nuevo. Si entras a la página de la FIL (www.fillima.com.pe), puedes ver cuántas actividades programadas hay hasta el día de cierre el 2 de agosto (leo por ahí que son 400). No solo hay oferta local, también participan 15 países y podrás ver conversatorios, presentaciones de libros, conferencias, etc.

Tómate tu tiempo, ponte zapatillas que vas a estar de pie buen rato, y por favor no andes empujando a la gente. Todos queremos ver y preguntar. Trata al vendedor con respeto, que está ahí para ti. Sé un buen visitante.

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