Con la nostalgia de los tangos que en su día interpretó, decenas de fanáticos de Carlos Gardel honraron este miércoles su memoria, 80 años después de su muerte.
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Lo hicieron frente a su tumba, en el cementerio de Chacarita en Buenos Aires.
Los asistentes guardaron un minuto de silencio en el momento exacto en que Gardel falleció en un accidente aéreo en Medellín, el 24 de junio de 1935.
‘Yo nací escuchando a Carlos Gardel, el más grande de América Latina. Uno de los más grandes. Por eso que siempre me gusto tocar la guitarra, y hace 22 años que vengo a la Chacarita, acompaño a toda la gente que le gusta cantar’, señala Juan Carlos Ivanoff, un admirador de Gardel.
‘Yo vengo siempre y seguiré viniendo mientras pueda. Cuando la Divina Providencia disponga otra cosa, ya no vendré aquí, lo voy a escuchar Gardel hacia arriba’, comparte Mariano Luis Diez, otro admirador del argentino.
Los asistentes trataron de explicar la ausencia de jóvenes durante el homenaje al exponente de una música que define a Buenos Aires en el extranjero, pero que no despierta pasión en las nuevas generaciones.
Pero según dicen, es sólo cuestión de tiempo el que los jóvenes aprecien la voz melancólica del rey del tango.
