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1.Yo no me río de la muerte. Sin embargo, conozco su Blanca casa, conozco su Blanca vestimenta, conozco Su humedad y su silencio. Claro está, la muerte no Me ha visitado todavía, Y ustedes preguntarán: ¿qué Conoces? No conozco nada. Es cierto también eso. Empero, sé que al llegar Ella yo estaré esperando, Yo estaré esperando de pie O tal vez desayunando. La miraré blandamente (No se vaya a asustar) Y como jamás he reído De su túnica, la acompañaré, Solitario y solitario. (Extraído de ‘Elegía’)
2.Mariposas, árboles calles angostas y venideras, ¡cómo decirles que a la hora del crespúsculo sus ramas vivideras volverán a crujir en la tormenta! Si en la noche remontaran el más ancho río, ¡cómo negarles su candor sangriento, su pecho claro esclarecido! Mariposas, árboles en la tormenta, en el río claro merced vuestras alas al ruidoso viento que entre los dos saldrá la madrugada. (Extraído de ‘Unas cosas’)
3.Por mi ventana nace el sol casi todas las mañanas. Y en mi cara, en mis manos, en el dulce clamor de la luz pura, abro mis ojos entre la noche muerta, entre la tierna esperanza de quedar vivo un día más, un nuevo día, para abrir los ojos ante la luz eterna. (Extraído de ‘Mi casa’)
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4.Piedra fría, solemne piedra ¡si pudieras hablar en mi costado, si pudieras cantar en tu vertiente! Si desembocaras en un ancho río, Y trajeras la paz al mundo entero, al cantarte en tus aguas destiladas, alma serías en mi frente oscura, brazo serías de mi antigua cabellera. (Extraído de ‘Una piedra’)
5.En las montañas o el mar sentirme solo, aire, viento, árbol, cosecha estéril. Sonrisa, rostro, cielo y silencio, en el Sur, o en el Este, o en el nacimiento de un nuevo río. Lluvia, viento, frío y azota. Costa, relámpago, esperanza, en las montañas o en el mar. Solo, solo, sólo tu sola risa, sólo mi solo espíritu, solo mi soledad y su silencio. (Extraído de ‘Solo’)
6.Yo soy un río, voy bajando por las piedras anchas, voy bajando por las rocas duras, por el sendero dibujado por el viento. Hay árboles a mi alrededor sombreados por la lluvia. Yo soy un río, bajo cada vez más furiosamente, más violentamente bajo cada vez que un puente me refleja en sus arcos. (Extraído de ‘El río’)