Con sus paisajes exóticos y un fuerte programa de devolución de dinero en efectivo, Colombia se ha convertido en foco de atracción de rodajes de películas extranjeras, en el marco de una legislación que promueve el desarrollo fílmico del país.
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“Los 33”, la película estadounidense protagonizada por Antonio Banderas sobre los mineros que quedaron atrapados en un socavón en Chile en 2010, fue la primera beneficiada por esa ley, que prevé el retorno a productores extranjeros de 40% de sus gastos cinematográficos y 20% de gastos operativos.
Esta norma, que empezó a regir en 2013, aplica para largometrajes extranjeros que contraten servicios de producción locales y ha atraído decenas de proyectos al país sudamericano, muchos aún pendientes de aprobación.
En su mayoría, los productores quedan seducidos por el fuerte incentivo económico y las locaciones exóticas y cinematográficamente poco exploradas de Colombia: desde grandes ciudades a montañas, o playas.
“Hemos aprobado cinco proyectos y de esos uno ya pasó todo el proceso y le pagamos un incentivo mayor a un millón de dólares. Esa fue la película ‘Los 33’, que se rodó 50% en Colombia”, explicó a la AFP Silvia Echeverri, directora de la Comisión Fílmica Colombiana (CFC), creada para promover la llegada de rodajes de otros países.
Además de “Los 33”, una producción para la que resultó atractivo poder filmar en una mina real a las afueras de Bogotá, en los últimos meses han finalizado rodaje en Colombia otras tres películas beneficiadas con el incentivo, mayormente enfocado en Estados Unidos.
Actualmente se está filmando además una película para televisión, preámbulo de la serie de Netflix “Narcos”, que igualmente se rodará en Colombia aunque sin incentivo.
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“¿Qué queremos? Que haya exportación de servicios, fortalecimiento de las empresas cinematográficas y de los servicios indirectos. Además, queremos transferencia de conocimiento y que se desarrolle más la infraestructura cinematográfica”, dijo Claudia Triana, directora de Proimágenes Colombia, un fondo público-privado de promoción de la industria del cine nacional.
Después de Pablo Escobar
Convertir a Colombia en un destino atractivo no fue un proceso de un día para otro.
“En 2000 prácticamente no hacíamos ninguna película, tuvo que pasar todo este tiempo y existir una serie de apoyos y subsidios, para que este año se estrenen 22 largometrajes y existan compañías de producción locales que puedan ser interlocutoras para películas más grandes”, declaró a la AFP Triana.
La disminución de la violencia en Colombia ha contribuido también a captar filmaciones foráneas.
“Cuando estaban aquí secuestrando, matando, ¿pues quién iba a venir a filmar?”, se preguntó Triana, para quien la mejora con respecto a décadas pasadas ha sido “drástica”.
Para los productores de la película estadounidense “Blunt Force Trauma”, que se terminó de grabar hace unas semanas en las afueras de Bogotá con las actuaciones de Mickey Rourke, Freida Pinto y Ryan Kwanten, el principal temor de rodar en Colombia era precisamente la seguridad.
“Luego de hablar con mucha gente, nos dijeron que los días de (el narcotraficante) Pablo Escobar terminaron y que era seguro venir (…) Igual trajimos guardaespaldas, pero al segundo día de estar aquí todos los dejamos”, dijo a la AFP Gary Priesler, productor de ese film.
Una vez superadas esas dudas, el equipo de “Blunt Force Trauma” optó por Colombia “por su fuerte programa de incentivos, los buenos servicios cinematográficos y porque se ajustaba a la película, que se desarrolla en Sudamérica”, dijo Preisler, desde la fría zona montañosa donde se rodó buena parte de la cinta.
“La experiencia fue buena e incluso ahora estamos hablando de traer películas cuya trama tiene lugar en Estados Unidos y reproducir ciudades estadounidenses en zonas de Bogotá”, añadió.
