Por Zoë Massey
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Mañana jueves 23 a las 8 p.m. podremos ver los resultados del concurso de foto, video y diseño organizado por Vans, Classic&Lima. Este concurso ya se organiza en varios otros países y ahora nos da espacio a nosotros. El premio, nada despreciable, es un viaje a Brooklyn , Nueva York (cuna hipster por excelencia). En este evento no solo se verán los resultados de la convocatoria: hay música, skate, arte en vivo y por supuesto el premio. Lo que no me gustó fue que la convocatoria tuviera un límite de edad que me recordó que ya no encajo en concursos para ‘jóvenes’, casi los bloqueo, elimino de mis contactos, denuncio en Facebook . Un éxito para ustedes… jóvenes (picona detected).
Lo importante no es ganar sino participar (yeah right, casi me la creo). Bromas aparte, lo importante de tener concursos y participar en ellos es que poco a poco te vas exigiendo más como artista y creativo viendo el nivel de otros, retroalimentándote de los resultados y aprendiendo a ser autocrítico. Tu nombre puede empezar a sonar en la burbujita en la que vivimos y eso por supuesto también es una importante carta para tu trabajo, te llaman para proyectos, trabajos, exposiciones, ventas, pedidos, tiendas.
Lo que no entiendo de estas últimas es ese celo con el que exponen sus productos. Tus productos. Hace unos días, aprovechando Harto Arte, ese domingo al mes en el que las galerías y los museos de Barranco abren sus puertas para que puedas visitarlos, fui a una popular tienda de arte. Había cosas lindas, muy variadas, selectos trabajos. Un espacio hermoso y aprovechado en todos sus rincones. Pero me llamaron la atención varias cosas.
Primero, la mala actitud de sus vendedores y de la seguridad del local: te persiguen y te miran todo el rato. No señor, yo no me vengo a robar nada. Segundo, que me hayan prohibido tomar fotos de algunas piezas que llamaron mi atención. Claro, en el momento en que les dije que yo trabajaba en esta columna, cambió el trato. Tercero, no sale el nombre del artista que muestra su trabajo en ningún lado. Vi cosas lindas pero ni sé quién las hace, y si agarraba alguna pieza para ver si estaba firmada, los ojos del personal de seguridad me atravesaban como rayos láser. Por último, los precios de los objetos ya dan risa, se volvió casi un reto encontrar lo más absurdamente caro. Trabajando en esto, se cuánto cuestan los trabajos de varios artistas, el esfuerzo que es para muchos, cómo se manejan las comisiones por ventas y cuánto les puede meter cabe el que estén tan fuera de su rango usual de costos en un local.
Entonces, lo importante de arriesgarse a ser artista es ganarte un espacio en el que se respete tu trabajo. Ya sea en un primer concurso para jóvenes -tengo mucha curiosidad por ver a los ganadores- como en la tienda donde luego se venden tus piezas. No pondré la dirección ni el nombre de esta tienda porque creo que ya saben de cual hablo y no, no la recomiendo. El concurso de VANS sí. Va en el Club de Leones de Miraflores (Av. Arequipa 4701). Felicitaciones a todo el equipo organizador. Y al jurado por la súper chamba: Erasmo Wong Seoane en fotografía, Os Villavicencio en video y la capa y hermosa Jules Bay en diseño.
Y si quieres saber más del concurso, vale la pena, entra aquí: www.classiclima.com.pe.
