Si el planeta fuera una gran tina, su patito de goma sería también gigante.
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El que vemos tiene 16 metros y se quedaría algo pequeño, pero ésta fue la idea en la que se basó el artista plástico holandés Florentijn Hofman.
Con el juguete gigante quiere darnos un mensaje: los océanos son nuestra bañera así que debemos asegurarnos que sus aguas estén limpias y cuidarlas.
Ha recibido sabotajes, pero siempre resurge de sus cenizas de goma.