Hago un pequeño paréntesis porque tengo que recomendarles ver teatro de gran calidad y en pequeño formato. Microteatro por Dinero nace tomando como inspiración el teatro por dinero de España, que nació en habitaciones intervenidas de un burdel abandonado.
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Una casa barranquina (Av. San Martín 140) presta sus espacios, cuartos amoldados y jardines mágicamente iluminados para esta propuesta que está jalando público con un ambiente bonito, tranquilo, diferente y deliciosamente acompañado por conos de Veggie Pizza, una copa de vino, una cervecita o una gaseosa. Es como si los amigos te hicieran en casa una presentación teatral.
Este primer experimento se acaba el 31 de agosto, las entradas a cada obra cuestan 13 soles y te puedo recomendar Tribulaciones de un gigoló (con la genial Grapa), Anoche al acostarme, de Cinthia Delgado, y Night Club Bildemberg, con la actuación del Búfalo Gianni Chichizola. ¿Por qué solo esas tres? Porque son las únicas que vi la otra noche; este sábado pretendo regresar a ver las demás, que seguro recomendaré también, no solo por ser buenas, sino porque lo que estás comprando con tu ticket es una experiencia completa (busca en www.facebook.com/microteatropordinerolima).
Ahora sí, a lo que vine. Hace varios años, él se convirtió en mi artista plástico peruano favorito, uno que sin conocer me parecía que tenía mucho que decir, que denunciar, que botar desde adentro, que había ilustrado uno de mis cuentos favoritos de Bryce. Un día lo conocí y no le dije nada, solo me quedé sonriendo. Otro día recibí una llamada a la galería en la que trabajaba, ‘¿Peggy Massey es algo tuyo?’ me preguntó. Ella es mi abuela. Del otro lado del teléfono de la voz de alguien que yo ya admiraba llegaron palabras supercariñosas sobre ella, cosas que yo no sabía y que me emocionaban. Mi abuela era una mujer mágica y fuerte y, sin saberlo, me presentaba después de fallecida a quien sería luego curador de mis exposiciones, ingeniero de mis locuras de proyectos, compañero de chupe de camarones y de interminables cupcakes hasta casi llevarme a la diabetes.
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Eduardo Tokeshi hoy inaugura exposición en Forum. El Pequeño Hokusai (y otras historias) es una exposición que aún no he visto, pero a ojos cerrados te la puedo recomendar. Mr. T, toda la merder para ti. El casting, de lejos, te lo llevabas tú, mi japonésido a prueba de mis mayores traumas.
‘Si el cielo me garantizara cinco años más, me podría convertir en un pintor de verdad’ (Katsushika Hokusai). Yo creo que tú ya ganaste esos cinco años extra.
