“Iron Man”, “X-Men”, “Transformers”, “El planeta de los simios”: la taquilla este verano boreal está invadida por películas que engordan exitosas franquicias, demostrando que los estudios apuestan cada vez más por las secuelas.
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“Son como redes de seguridad para estudios e inversores, ya que estos films son los que logran las mayores recaudaciones”, explica a la AFP Jeff Bock, un portavoz de Exhibitor Relations, empresa especializada en la taquilla de Estados Unidos y Canadá.
Este tipo de películas suelen llegar a los cines de Estados Unidos antes del inicio de las vacaciones de verano y pocos días antes del comienzo del otoño boreal, cuando empiezan a estrenarse los films que tienen en la mira los premios Óscar.
La tendencia a ofrecer nuevas aventuras sobre una cinta de gran éxito no es nueva. Basta con mirar atrás para ver cómo las franquicias de “James Bond”, “Superman”, “La Guerra de las Galaxias”, “Rocky”, “Terminator” o “Harry Potter” han ido sumando nuevos episodios. Pero esto ha acelerado en los últimos tiempos.
¿Falta de creatividad?
Las secuelas “ahorran mucho dinero a los estudios” en cuanto a promoción y “es más fácil lograr múltiples contratos con empresas” interesadas en un mismo producto, cuenta el portavoz de Exhibitor Relations.
“Es un sector tan competitivo que los estudios piensan que con las secuelas ya se sabe de qué tratan las películas”, dice a la AFP Glenn Williamson, profesor de cine en la Universidad UCLA.
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Este desafío a veces termina en fracaso, como sucedió con “Los Cazafantasmas II” (1989), “Gremlins 2: La nueva generación” (1990), “El Exorcista II” (1977), “Book of Shadows: Blair Wirch 2” (2000) o “Instinto Básico 2”, pero los estudios manejan cada vez mejor la fórmula del éxito.
Williamson considera que el fin de las secuelas llegará cuando ellas mismas “agoten” este modelo, “cuando un estudio no sepa cómo seguir refrescando la idea inicial”.