Por: Zoë Massey
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Tengo los audífonos pegados a las orejas desde los 8 años, cuando recibí mi primer walkman y con él un casete (sí, un casete) de Dire Straits de manos de mi papá. Como ya me había regalado el aparato, tenía que regalarme la música también y tuvo que sacar un casete de los suyos. Ya en ese entonces la música en mi vida era importante; mi madre, una rock’n roller de corazón, me había enseñado bien. En primer grado, yo ya le había respondido a una profesora escocesa que mis bandas favoritas no eran Parchis ni Menudo, sino los Beatles, los Rolling Stones y Rod Stewart (cosa que infló su pecho de emoción por ser también sus favoritos, y el de mi madre, de orgullo).
Por mis oídos ha pasado mucha música. Algunas cosas se han quedado atravesadas y nunca pude digerirlas; otras me han puesto la piel de gallina, como tendría que hacer toda buena canción que se respete.
Hace unos días llegó a mí Patio Itinerante, un proyecto más que bonito que me deja claro que hoy se pueden hacer varias cosas, que hay gente pilas, creativa y lanzada al ruedo. Patio toma espacios abiertos, como la terraza de tu casa, el patio de tu abuela, el jardín de tu quinta, y te entrega una experiencia de excelente nivel que incluye música en vivo, comida (en varios casos vegana y deliciosa), un vino y por ahí un riquísimo cupcake. Todo depende de quién toque esa noche y con qué sabores podamos asociar su música.
Con ellos ya tocaron la genial Cristina Valentina, La Lá y Rafo de la Cuba. Y al que sigue en la quincena de julio voy de hecho: Le Miner Swing, banda que he tenido la suerte de ver tocando en las calles de Barranco hasta quedar hipopotamizada con ellos. Bandón de aquellos, violín, contrabajo, trompeta… esto puesto en Patio a mí me suena como a magia. ¿Y de dónde sale este proyecto? De la necesidad de sus creativos creadores de poder ver conciertos en otros espacios que no sean los ya habituales de Barranco, el Centro de Lima, Miraflores, etc.
Para ser parte de una de estas experiencias, los tienes que seguir en Facebook (www.facebook.com/pages/Patio-Itinerante), estar atento a sus eventos, que son contaditos y para no más de 50 personas. Es como un privadito en el que luego puedes departir con los músicos. Patio se las trae y promete magia, perfo, artes plásticas, todo en el mismo formato. Y lo mejor, no solo en Lima, sino en provincias también. Aquí yo, me quito los audífonos por ideas como esta.