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Entrevista a Magaly Solier: “No me voy a desprender de mis raíces”

ubbgfazp4zhxhnlddgpsfbryqu.jpg publimetro.pe (RAFAEL CORNEJO/PERU21)

Por: José Barreto

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¿Qué nos vas a presentar en Huantina de corazón? Obviamente los temas de mi disco Warmi (2009), pero también incluiremos canciones del disco que estoy grabando actualmente. Además, por primera vez voy a actuar a la par de cantar. Quiero aprovechar mi faceta de actriz para darle vida a los temas. Habrá huainos antiguos, harawis, poesía… será un show completo.

El Warmi fue tu primer material musical y tuvo una gran acogida, ¿te lo esperabas? Si hubiera sabido que iba a estar tan expuesto (ganó un Premio Luces y fue primero en ventas el 2009 en tiendas Phantom), me hubiera esforzado aún más al hacerlo. Pero así pasan las cosas. Gracias a ese disco aprendí cómo es el mundo musical. Aún sigo aprendiendo, me falta mucho en este campo.

¿Desde qué edad cantas? Desde los ocho años. Y he ido aprendiendo de a poquitos. Antes no tenía grabadora en casa y apuntaba en un papel las letras de las canciones que pasaban por la radio y me gustaban.

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¿Alguna en particular que recuerdes? Huamanga Plazapi. Me gustó tanto que con esa canción me aventuré a participar en varios concursos locales. Imitando aprendí a cantar. Ahora ya no imito a nadie, yo misma con el piano me dejo llevar y salen canciones.

¿Qué es la música para ti? Es una gran compañera y amiga. Le tengo mucho amor. Con ella, la tristeza se va. Es más, cuando actúo y tengo escenas fuertes, canto antes de decir mis líneas. La música es todo para mí. No tengo celular ni reproductor, pero siempre la llevo en mi cabeza.

Alguna vez, escuché decir que no te desprenderás nunca de tus raíces, ¿cómo planeas manejar esto a lo largo de tu carrera, tanto en el cine como en la música, ya que son industrias que pueden ser muy parametradas? No hay plan. No me voy a desprender de mis raíces porque soy lo que soy gracias a ellas. Todos saben cómo soy porque siempre llevo algo tradicional a donde vaya.

¿Hay algo que rechazarías? En la música, el reggaetón. No lo soporto, la verdad. No me gusta nada de ese género. En la actuación, rechazo papeles que no tienen un buen mensaje.

Muchas de las personas con las que has trabajado resaltan que eres muy perfeccionista… Eso me lo inculcó mi madre y lo aplico a la actuación y al canto. He aprendido a ser disciplinada y minuciosa. Sé que no le voy a gustar a todos, pero por mi dedicación al trabajo no me van a poder criticar.

Hace poco dijiste que en el mundo de la actuación hay mucha ‘argolla’, ¿has vivido eso en carne propia? Varias veces. Después de hacer Madeinusa (2006), toqué varias puertas para poder trabajar en la TV. Hice un casting para una serie y me dijeron que no sabía actuar. Me dije a mí misma: ‘Eso no es lo que me dijo Claudia (Llosa). Cuando salga la película se van a tragar sus palabras’. Luego grabé La teta asustada (2009) y volví a intentarlo, esta vez en una serie bastante conocida, y me dijeron que yo no era lo que estaban buscando. Ahora agradezco que no me hayan aceptado, porque dos semanas después de ese casting ganamos el Oso de Oro en el Festival de Berlín. Hay mucho prejuicio. Por ser de la sierra, piensan que no podemos hacer nada.

¿No crees que ahora el cine peruano tiene cada vez más películas con actores y directores nuevos que ofrecen más posibilidades? Pero este auge es gracias a La teta asustada. Antes de esa película, ¿quién conocía el cine peruano afuera? Era muy poco lo que llegaba de nosotros a otros lados.

Magallanes se estrena en noviembre y apareces en un elenco de lujo… Esto no se lo he dicho a nadie, pero hasta tres días después de terminar el rodaje, aún tenía vértigo. Sentía un vacío en el estómago porque mi personaje fue demasiado fuerte y tenía la presión de estar rodeada de tremendos actores. Me dejó bastante agotada.

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