Por: Catalina Forero
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Cuando no estás tiene impresa esa melancolía que caracteriza a muchas de las joyas de tu discografía, ¿es una canción que se arraiga a esas raíces que te consagraron como genio del rock en español? Esa melancolía ya la cantaron los boleristas y los poetas del tango, pero también los Beatles, maestros de las letras tristes con música alegre. Canciones de transición, de derrota, de euforia, de humor negro, canciones sociales y marginales… Las letras no dejan de ser un complemento para la música; la melodía y el texto son la partitura del canto, el camino que va a transitar la voz humana.
¿Cuál es tu verso más cruel? Traté de evitar los versos más crueles conmigo, pero no pude evitarlos completamente. Plástico fino es cruel por su falta de piedad y de filtros. Inexplicable es cruel porque deja escuchar arrepentimiento y redención, porque provoca al destino. Pero intento que los versos más crueles no lleguen a los discos. Si puedo, no los escribo nunca.
¿Qué es lo peor que te ha aconsejado la soledad? Episodios inconfesables, abuso de las libertades, hasta convertirlas en una cárcel. No soy un hombre que se entienda bien con la soledad, prefiero compartirla vida y la casa.
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En el video de Cuando no estás te caracteriza una mujer, ¿por qué? Aunque el video es una obra del director Leo Damario, puedo interpretar que su idea era mostrar el útero del rock. Que el disco Bohemio sea una mujer me parece algo justo con las canciones y con la rama femenina. Mostrar el rock como una mujer es razonable; es como suponer que Dios podría ser una mujer.
Algunas de tus canciones han sido el desahogo de desamores, no solo de los tuyos, sino de los de un par de generaciones… ¿Pensaste que sería así? No creo que la finalidad del rock sea desahogar los desamores, creo en el desahogo como una catarsis que no tiene por qué ser patética. Las canciones están hechas de tormentas, pero también de guitarras y de melodías que expresan sentimiento y sentido musical. No son más importantes nuestros sentimientos que la música. Tampoco entiendo que las canciones hagan sufrir a nadie, la música es bendita, no puedo separar la música de los textos, y me gusta escuchar música sin prestar atención al significado de las letras.
Para este nuevo disco te reencontraste con tu amigo, el músico ‘Cachorro’ López, ¿cómo estuvo eso? Muy bien. ‘Cachorro’ le pone cuerpo y alma a las grabaciones. Es un hombre sabio, con sentido del humor. Además, tiene un equipo formidable y familiar.
¿Cuál es el alma de Bohemio? El alma del disco es sin duda ‘Cachorro’. Él lo vio y supo cómo tenía que sonar, toda la grabación tiene su firma y sello. El alma también está en los instrumentos, en cada golpe de batería y en las guitarras bordadas con sensibilidad. También son el texto del disco, el guion.
Eres un referente indiscutible para el rock latinoamericano, ¿crees que esa semilla que has plantado desde tus viejas épocas con Los Abuelos de la Nada y Los Rodríguez, hasta hoy, ha dado buenos frutos? El rock latinoamericano también es música iberoamericana y universal. Uno de los artistas más presentes en la búsqueda de la identidad de este continente rockero es Gustavo Cerati con Soda Stereo. Ellos abrieron caminos que ahora transitamos todos, en términos latinoamericanistas. En Argentina tenemos nuestra propia mitología rockera. En otros términos, vivo de los frutos de mi oficio.
¿Cuál crees que es tu legado más grande? Para mí lo importante es el volumen de mi obra, los conciertos, las colaboraciones, las canciones y mis movimientos libertarios. Un legado de libertad y atrevimiento, de ensayos y buenísimas bandas de compañeros para incendiar escenarios. Me gustaría considerar al mío como un legado de miles de grabaciones y canciones que se cantan en todo el continente que abrazo. Y también de cosas bien hechas y derechos de los músicos, que siempre me importaron.