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Entrevista a César Millán: “Los perros no mienten”

Hay actores de Hollywood que pagan miles de dólares para que César Millán (44), el popular ‘líder de la manada’, mejore el comportamiento de sus perros. Sin embargo, la vida real del adiestrador de canes no siempre fue tan glamorosa. Por primera vez, César llega a Sudamérica con su gira El líder de la manada, que será presentada este domingo en el Perú.

Tu historia es un ejemplo de superación, ¿fue difícil que se te abrieran las puertas de EE.UU. siendo latino? Llegué a Estados Unidos como ilegal, sin dinero y sin hablar inglés. Hoy soy una estrella de televisión en todo el mundo y tengo varios libros publicados, así que creo que el sueño americano es posible. Tuve que trabajar mucho, pero también fue muy importante la confianza que depositaron en mí.

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¿Cómo interpretas los gestos de los perros? Ellos se comunican directamente, a través de la energía y el lenguaje corporal, en especial con las orejas, los ojos y la cola. Es la clave para entender lo que tratan de decir. Ellos no mienten, lo que muestran es lo que sienten.

¿Cómo aprendiste a educarlos? Se lo debo todo a mi abuelo, que me enseñó a comprender a los animales de su granja, a respetarlos y a comunicarme con ellos. Para él, su fuente fue la naturaleza misma. Siempre me decía: ‘Trabaja junto con la madre naturaleza, nunca contra ella’. Aún sigo aprendiendo, cada encuentro con un perro me enseña algo nuevo. El primero que entrené en Estados Unidos fue un rottweiler llamado Psique, se puede decir que empecé a lo grande.

Hay un video en el que un perro te muerde. Eso sorprendió al público. Probablemente te refieres a Holly, una linda golden retriever. Esa mordida me recordó que había roto una de mis propias reglas. Holly era muy agresiva, me acerqué a ella demasiado rápido. La puse en una situación en la que no le quedó más opción que atacarme. Fue la única vez que tuve que ir al hospital por una mordida.

Hay quienes consideran que tus técnicas de entrenamiento son agresivas, ¿qué dices al respecto? Nunca tengo la intención de ser agresivo. Trato de cambiar a los perros, básicamente, para salvarles la vida. Muchos malinterpretan lo que ven cuando toco a un perro con la mano o el pie, pero no es más que eso: un toque o un empujoncito. Las cosas que hago se basan en la manera en que los perros mismos se corrigen o se controlan entre ellos. Si hiciera las cosas como una mamá perro, me pondría la cabeza de los cachorros en la boca y no creo que eso termine bien.

¿Entrenarías a otro tipo de animales? Sí, me encanta trabajar con otros animales y eso crea además un ambiente natural para los perros. En mi rancho del Centro de Psicología para Perros, en California, tengo perros, caballos, cabras, camaleones, gallinas y hasta una llama, pero los perros siempre son y serán mi objetivo principal.

¿Alguna vez imaginaste ser tan famoso por los perros? Solo me interesaba ser el mejor entrenador de perros del mundo, ese era mi sueño. No pensé en ser famoso hasta que, en una entrevista, una vez me preguntaron por mi próxima meta y dije: ‘quiero tener un programa de TV’. Sucedió un domingo y el lunes ya había una fila de productores buscándome en el Centro de Psicología para Perros.

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