Han sido necesarios siete años para certificar el origen del instrumento, que sobrevivió milagrosamente a la tragedia, explicó Andrew Aldridge, de la sociedad Henry Aldridge & Son, ubicada en el sudoeste de Inglaterra.
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El violín pertenecía a Wallace Hartley, que dirigía la pequeña orquesta de ocho miembros del Titanic que siguió tocando hasta que el barco se hundió en el Atlántico en abril de 1912.
El cuerpo de Wallace Hartley pasó 10 días en el agua y el “violín fue hallado en una maleta de cuero” que estaba atada al cadáver, contó Aldridge a la AFP.
Después del drama, la madre de Hartley había dicho a la prensa: “Sabía que (Wallace) moriría abrazado al violín. Estaba muy unido a su instrumento”.
Los científicos que examinaron el violín concluyeron que “los restos oxidados” hallados en el instrumento eran “compatibles con una inmersión en agua de mar”, según Aldridge.
Este violín, que conoció un destino extraordinario, está evaluado en al menos 100.000 euros. Será expuesto a partir de la Pascua en la municipalidad de Belfast, la ciudad donde el Titanic fue construido.