“Google and the World Brain” (Google y el cerebro del mundo), realizada por el británico Ben Lewis, está en competición en el festival estadounidense del cine independiente, que se celebra hasta el domingo en Park City (Utah, oeste).
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“Hace alrededor de cuatro años, comencé a pensar que había una especie de confianza ciega en internet y en la tecnología”, explicó Ben Lewis a la AFP. “Una creencia inocente en el hecho de que la tecnología iba a solucionar los problemas más serios del mundo, que nos convertiría en más inteligentes”.
“Encontraba que (internet) era una especie de falso dios. Entonces decidí que quería hacer una película para estimular, o para comenzar a desarrollar, una forma más crítica de pensar internet, siempre manteniendo el equilibrio”, precisó.
Entonces echó el ojo a Google Books, el proyecto, por entonces, bien avanzado del gigante de internet para digitalizar los millones de libros de prestigiosas bibliotecas universitarias o públicas con el objetivo de crear una biblioteca universal y gratuita; por lo menos ese era el discurso oficial.
A través de múltiples testimonios, la película muestra el entusiasmo de los inicios cuando instituciones como la Universidad de Harvard acogían con los brazos abiertos a los equipos de Google, que ofrecían la digitalización gratuita de los libros; lo que suponía un ahorro sustancial para las bibliotecas.
Otro frente se abrió cuando Google Books comenzó a digitalizar obras que no eran de dominio público. Entonces, la respuesta de los autores en Europa, Estados Unidos y Asia, el filme presenta la cruzada entre Google y Mian Mian, un escritor chino, no se hizo esperar. “Podemos cambiar las cosas” Amenazado con un proceso judicial, Google aceptó negociar un acuerdo con la sociedad de autores estadounidense, pero el acuerdo fue rechazado por la justicia. La situación está bloqueada y, a día de hoy, el proceso judicial sigue su curso.
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Para Ben Lewis, el revés que sufrió Google, que sin embargo aprovechó los libros ya digitalizados para mejorar su motor de búsqueda, “rediseña el futuro de internet”.
“Google Books, en su versión inicial, está muerto. Fue detenido por una alianza finalmente bastante convencional de instituciones, individuos y de poderes públicos”, observó.
“Esto demuestra que no hay un camino inevitable para internet. No es como si no tuviéramos ningún control sobre estos gigantes de internet y que nosotros sólo debamos seguir el movimiento. Podemos cambiar las cosas, si queremos”, opinó Lewis.
Una de las grandes preguntas alrededor de Google Books, y que contribuyó a suscitar la desconfianza hacia él, fue la eventual comercialización de los libros digitales. En este sentido, Google anunció que quería vender los libros agotados, definitivamente desaparecidos de los comercios.
“Asociamos todas las bibliotecas a la idea de sociedad civil, de compartir, de algo que debería no costar nada, a lo que todo el mundo debería tener acceso. En nuestro mundo globalizado e hipercapitalista, ese es un tema importante”, subrayó.
“Cuántos de nuestros espacios públicos han sido recuperados por empresas privadas…”, se lamentó el director del filme. “Una biblioteca nos recuerda siempre que existen ese tipo de lugares secretos que, desde mi punto de vista, nunca deberían ser privatizados”.