Diego-San es un proyecto desarrollado por la empresa japonesa Kokoro, quien se encargó de realizar su cuerpo y la compañía Hanson, encargada de la manufactura de la cara del robot.
Ambas compañías han dejado en claro que el proyecto aún no concluye, ya que esperan que su invento pueda ser capaz de interactuar con personas reales y aprender de ellas sus gestos para después imitarlos. Por el momento, se informó que el niño robot puede reir, enojarse, emular miedo, tristeza, alegría y otras emociones.