El que una pantalla se quiebre o no al sufrir una caída no depende del azar, sino que existe una explicación científica para el suceso, según señala hoy el diario Daily Mail.
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Existen dos elementos clave que previenen que una pantalla se raje: su dureza y su solidez.
La primera se refiere a cuán resistente es el aparato a las abrasiones. A mayor dureza, menor cantidad de posibles rayones o rasguños.
La segunda es la relación entre la compresión de la superficie y la tensión interior, y determina cuántos golpes puede soportar una pantalla antes de quebrarse y hacerse pedazos por completo.
La pantalla solo se quiebra cuando la fuerza del impacto, producido por una caída, por ejemplo, supera la compresión de la superficie.
El ángulo de la caída es un elemento clave a la hora de determinar el futuro de una pantalla. Si el dispositivo se cae con la pantalla hacia abajo, el daño puede ser menor, ya que el impacto se distribuye a lo largo y ancho de la superficie.
Si, por el contrario, la pantalla cae sobre uno de sus lados o esquinas, o sobre una superficie irregular, las posibilidades de un quiebre total son mayores, debido a que toda la fuerza del impacto debe ser soportada por un solo punto de la pantalla.