Por Lorena Chauca
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Juan Acevedo, uno de los grandes historietistas peruanos, guarda en una pared de su casa un dibujo que le regaló Quino en 1999.
‘Él me dejó un presente en la casa de un colega, Pepe Palomo, en México. Quino sabía que yo me iba a alojar en esa casa y me dejó una nota muy cariñosa’, contó a Publimetro el autor de El Cuy.
En el 2009, Quino vino a la Feria del Libro de Lima. ‘Ahí lo acompañé toda la semana. Fuimos al Hotel Bolívar, a un restaurante de Gastón Acurio y charlamos con otros dibujantes peruanos. Le presenté a Gastón, Quino ya había escuchado de él, pero se sorprendió de que fuera tan joven’, narra.
La amistad entre Juan y Quino se cosechó en pocos días, pero no por eso el cariño es menor: ‘Es un ser humano extraordinario, lo quise muy pronto y para siempre. Es un hombre muy sereno y abierto. Cuando habla, dice lo justo’. ‘¿Como Mafalda?’, le pregunto. ‘Sí, pero ella es gritona, Quino es más pacífico’, responde Juan.