Gastón Elie anda ajetreado por estos días. En realidad, siempre. Vida circense, le llaman. Habló con Publimetro en medio de un viaje a Córdoba y en plenos preparativos para abrir una escuela de acrobacias.
Este trapecista nacido en Buenos Aires, pero de familia peruana, lleva el circo en la sangre. Hasta hace dos años formó parte de la compañía circense más importante del mundo: El Cirque du Soleil.
‘Fui de los primeros latinoamericanos en llegar a la compañía’, cuenta Gastón. Y nos aclara que esto es su vida: ‘Soy la sexta generación de una familia circense. Mi abuelo y mi padre eran trapecistas. Así que somos una dinastía’. Pero, ¿qué tan difícil es llegar a trabajar en este exitoso circo trotamundo de origen canadiense? Era el año 1997 y Gastón escuchó que se habían abierto audiciones en Brasil. No lo pensó mucho, casi nada.
‘Yo ya era un fanático, a pesar de que no se les conocía mucho en Latinoamérica. Pero uno nunca sabe si es lo suficientemente bueno como para estar en la línea del Circo del Sol. Las ganas me impulsaron para intentarlo. Hay que arriesgar, cumplir con los sueños’, dice.
Lo reclutaron luego de un año para el espectáculo Alegría y en total se pasó doce años de gira por todo el mundo… literalmente. Gastón rodó por los cinco continentes desde 1998 hasta el 2010.
‘Fueron años de mucha dedicación y ensayos. Pero todos los que estamos allí lo hacemos por vocación, porque nos gusta, y así no hay tanto sacrificio. Además, es un placer estar en la compañía de circo más grande del mundo’.
Sin embargo, después de tanto tiempo, le llegaron las ganas de volver a casa. ‘Todo tiene una etapa y esa fue muy feliz’. Entre otras cosas, le quedó tiempo para conocer Lima: ‘Me quedé fascinado porque pude conocer a gran parte de mi familia. Además, soy un fanático de la comida peruana’.
Por estos días sigue actuando dentro de Argentina, ahora en el Circo Ser- vian. ¿Hay mucha diferencia entre el Circol del Sol y uno tradicional?‘Claro, el Cirque du Soleil crea su música, maquillaje, coreografía. En los circos tradicionales generalmente nada tiene que ver con nada. Pero el espectáculo que estamos haciendo ahora es de muy buen nivel, todos estamos orgullosos de lo que hacemos”, cuenta Gastón.
Además, en setiembre próximo tiene planeado abrir su Escuela de Acrobacia Gastón Elie, donde formará nuevos artistas de circo. ‘Hay que enseñar las cosas que uno aprendió en el camino’, dice.