¿Quién dice que no puedes pasar un buen rato en tu boda? Cabinas de fotos, bailes por el pasillo y serenatas por sorpresa en el altar: todos intentos válidos para inyectar un poco de ligereza al formalismo de un matrimonio
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Pero si hablamos, sin embargo, de los adornos del pastel de bodas, hay una delgada línea entre la diversión inocente y lo inadecuado, como los muñequitos que te traemos a continuación. ¿Qué opinas?