Sencillamente se trata del poder del buen rock. El grupo Foo Fighters se presentó el 13 de diciembre en Nueva Zelanda y descargó tanta energía rockera que sacudió los sismógrafos.
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Según un informe publicado por Geonet, el concierto de Dave Grohl provocó “temblores similares a un evento volcánico”. Esto se debió a las vibraciones provocadas por la asistencia de 50 mil personas al espectáculo. También se registró movimientos subterráneos en un radio de dos kilómetros alrededor del lugar.
“Las primeras vibraciones se registraron alrededor de las 19:30 horas, hacia el fin de la presentación de Tenacious D, pero los mayores movimientos comenzaron a las 20:20 horas, cuando los Foo Fighters ingresaron al escenario. Todo volvió a la normalidad hacia las 23:00 horas, cuando el show terminó”, indicó el informe.