Los seleccionados de Bolivia practicaron juegos de tiro al blanco en una visita este viernes a una academia militar, parte del plan para inculcarle disciplina y patriotismo al equipo, de cara al partido ante Uruguay por la clasificatoria sudamericana al Mundial Rusia 2018.
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Luego de la inusual jornada, el volante Rudy Cardozo dijo que se trató de “una bonita experiencia, ellos (los soldados) nos transmiten ese mensaje de lucha por su país; es una motivación extra”.
El nuevo seleccionador boliviano, Julio César Baldivieso, intenta “cambiar el chip” a su equipo luego de la catastrófica goleada 7-0 ante Argentina en un fogueo el mes pasado, apelando a valores como disciplina y patriotismo.
Hace poco invitó al director del Colegio Militar del ejército boliviano, Augusto Arévalo, quien dijo que a los jugadores “les hablé de lealtad, disciplina, valor, honor, honradez y patriotismo.
En esa línea, el educador argentino Jorge Cámpora declaró este viernes que “mi sueño y el del cuerpo técnico es que todos los jugadores se redescubran como líderes, nosotros necesitamos que cada uno de los futbolistas sea líder en la cancha”.
Último en incorporarse a la concentración, el volante del Kazma SC (Kuwait), Jhasmani Campos, captó de inmediato la idea: “Necesitamos guerreros, necesitamos el día 8 entrar (frente a Uruguay) como leones y hacer respetar nuestra casa”, apuntó.
A pesar de las buenas intenciones, quedó confirmada la baja del delantero Rodrigo Ramallo, carta de gol de la Verde. Una ecografía “nos mostró un pequeño desgarro en el tendón de Aquiles (..) y el jugador necesita entre 15 y 20 días para poder recuperarse”, anunció Fabián Pacheco, uno de los médicos del plantel.
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La baja de Ramallo se suma a la del arquero titular Romel Quiñonez, del volante del sueco IFK Goteborg, Martín Smedberg, y a las renuncias del capitán boliviano Ronald Raldes y del ariete Marcelo Martins Moreno, por discrepancias con Baldivieso.
Bolivia debutará el 8 de octubre frente a Uruguay en La Paz y continuará el 13 en Quito ante Ecuador.
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