Namibia es la única mujer en un mundo de hombres. Sin embargo, es capaz de enfrentarse a ellos y se ha ganado un lugar en el ring… Pero ella aun tiene otra batalla que dar.
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En su Cuba natal no está permitido el boxeo femenino.
‘Me encantaría que aprobaran el boxeo femenino, porque así nos da a entender un poco más a la mujer cubana de que sí somos libres y podemos hacer lo que queramos y demostrar que como mujeres podemos hacer lo mismo que hace el hombre’, cuenta Namibia Flores.
El boxeo femenino compitió por primera vez en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Cuba cuenta con representación en halterofilia y lucha, pero el boxeo se mantiene como uno de los últimos bastiones del machismo deportivo en la isla.
Aun así, Namibia lleva entrenando una década con sus compañeros.
Muchos cayeron bajo la velocidad y fuerza de sus puños.
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‘Ella está preparada para pelear, la pones con un hombre de su peso y quizás a la larga, porque es una mujer le puedan llevar ventaja, pero ella se va a fajar como ese hombre igual”, señala Isidro Balzaga, entrenador de Namibia.
Su historia llamó la atención internacional.
Este año se proyectó un documental sobre su vida en las pantallas estadounidenses. Pero las ofertas que recibió para competir profesionalmente bajo esa bandera no le tientan.
‘A ver qué hago yo con ir a Estados Unidos, boxear y ganar por ejemplo la olimpiada por Estados Unidos, si donde yo aprendí boxeo fue aquí.’
Su sueño de darle un oro olímpico a Cuba tiene los días contados.
Puede que para ella sea tarde pero ha encontrado un nuevo objetivo: formar y entrenar a un equipo de boxeo femenino al que poder pasarle la antorcha.
