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¿Para qué juega México en la Copa América?

pkzbbapppncihoy4w2qahttuye.jpg publimetro.pe (Claudio Reyes/AFP)

El seleccionador Miguel ‘Piojo’ Herrera se había comprometido a escribir en Chile una historia completamente diferente a la anterior Copa América de Argentina-2011, en la que un combinado Sub-23 y algunos refuerzos mayores hicieron el ridículo perdiendo todos los partidos en medio de una serie de escándalos por indisciplina.

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En Chile, de nuevo sin sus figuras, empató dos partidos pero el viernes cayó contra Ecuador y se fue de nuevo a casa en la primera fase ofreciendo una imagen triste e impotente.

“Ridículo continental”, “Sale caro mandar un Tri B” y “Tronados” titulaban los principales diarios mexicanos este sábado.

El ‘Piojo’, que había insistido en que su equipo tenía potencial para llegar a la final, admitió rápidamente el fracaso y jugadores como Adrián Aldrete reconocieron que esta actuación golpea seriamente el prestigio del fútbol azteca, que hasta Argentina-2011 se había tomado muy en serio la Copa América.

“Lastimar el prestigio”

México, que pertenece a la Concacaf, fue invitado por primera vez a la Copa América de Conmebol en 1993, edición en la que llegó hasta la final.

Desde entonces ha alcanzado otro subcampeonato (2001), tres terceros lugares (1997, 1999 y 2007) y en el resto siempre superó la primera fase.

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Eran tiempos en que a México se le quedaba pequeña la Concacaf y la Copa América se vislumbraba, Mundial aparte, como el torneo que permitía al Tri evolucionar enfrentando a equipos potentes.

Desde 2011, en cambio, México ha preferido privilegiar la Copa Oro de la Concacaf y lo ha pagado muy caro, desatando reflexiones sobre el futuro que quiere tener el país en la Copa América.

“Segunda edición consecutiva de la Copa América en donde México lastima de fea forma el prestigio. Sigamos demeritando este complejo torneo”, dijo Luis García, ex delantero mundialista y hoy comentarista televisivo.

“La Copa América es el torneo que te ofrece crecimiento, sabiduría y jerarquía (…) Vale la pena ir, pero mandemos lo mejor que tenemos”, pidió García, que formó parte del Tri subcampeón del torneo en Ecuador-1993.

México alega que es en la Copa Oro donde puede alcanzar un boleto para la Copa Confederaciones de 2017.

Pero visto el nivel de esta Copa América, con estrellas planetarias como Messi, Neymar, James Rodríguez, muchos se preguntaban la noche del viernes si de verdad la Copa Confederaciones es un torneo más importante.

Sin juego ni actitud

La selección de México vive en una montaña rusa. De estar virtualmente fuera del Mundial de Brasil-2014 en las eliminatorias pasó a ilusionar al país durante el campeonato y estar muy cerca de eliminar a la Holanda de Robben y Van Persie en los octavos de final.

En 2015 le esperaban dos torneos y al ‘Piojo’ una encrucijada: tenía que dividir a sus jugadores entre Chile y la Copa Oro, que arranca en julio en Estados Unidos.

La decisión no consideró ningún equilibrio. Herrera decidió llevar a todo su armamento ’Chicharito’ Hernández, Vela, Dos Santos y compañía a la Copa Oro.

A la Copa América más competida de la historia mandó a un equipo de segundo nivel, sin más referente internacional que Rafa Márquez, un jugador de 36 años de salida de la selección.

Los cálculos del técnico pasaban porque el equipo, encuadrado en el Grupo A, asegurara tres puntos contra Bolivia en el debut, hiciera lo que pudiera ante la anfitriona Chile y sacara al menos un empate ante Ecuador para clasificar a los cuartos de final, al menos, como uno de los dos mejores terceros.

Las cuentas se cayeron desde el principio, con el empate 0-0 ante Bolivia. La valiente igualada 3-3 ante ‘La Roja’ acercaba al Tri a la clasificación pero ante Ecuador, cuando necesitaba una victoria o al menos un empate, cayó 2-1 ofreciendo su peor versión.

El equipo jugó siempre con una velocidad menos que los sudamericanos, sin tensión ni capacidad para rebelarse ante la eliminación.

Tácticamente tampoco tuvo recursos. El ‘Piojo’ se aferró a un sistema con cinco defensas que impedía la posesión y conducía al equipo a lanzar balones largos a los delanteros o jugadas individuales del joven Jesús Manuel Corona, cuya aparición fue una de las pocas buenas noticias de México en Chile.

Al final el equipo dio la razón a los que lo bautizaron como un Tri “B” y pone toda la presión en los jugadores titulares para que hagan olvidar este fiasco con un triunfo en la Copa Oro.

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