“No tengo nada que arrepentirme hoy a nivel personal con ningún jugador. Intento un objetivo global para conseguir títulos a final de temporada y en ese camino estamos”, dijo el técnico.
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Luis Enrique, no obstante, admitió: “No trato a mis hijos por igual, tampoco lo hago con los jugadores. Pero hay unas normas comunes que se deben respetar. El grupo está por encima de cualquier individualidad”.
“He sido permisivo con algunas cosas que solicitaban los jugadores, pero también he sido exigente y fiel a mis principios”, remató el entrenador, de 44 años y llegado al cargo en la pasada pretemporada.
Luis Enrique, fue duramente criticado tras la derrota 1-0 el pasado domingo ante la Real Sociedad, un partido en el que Messi comenzó en el banquillo, recién llegado de las vacaciones navideñas.
La molestia de Messi
El cuatro veces ganador del Balón de Oro tensó aún más la situación cuando al día siguiente no se presentó al entrenamiento, abierto al público, alegando una supuesta grastroenteritis.
Todo ello ha llevado a la prensa deportiva española a especular con un divorcio entre el técnico y su estrella, que podría abandonar el club a final de temporada en un contexto de crisis interna, azuzada el lunes con el cese del director deportivo Andoni Zubizarreta y la dimisión de su adjunto, el emblemático excapitán Carles Puyol.