La afición de Miami Heat dejó anoche en claro que está decepcionada con la marcha de LeBron James, pero le reconoce sus logros en la ciudad durante cuatro años.
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James regresó hoy por primera a Miami después de que en julio decidiera dejar la franquicia con la que jugó cuatro finales y logró dos títulos de la NBA para volver a los Cleveland Cavaliers, el equipo de su corazón. El Heat, energizado y con una gran actuación de Dwyane Wade con 31 puntos, venció por 101-91.
Sus ex compañeros habían pedido aplausos para James y la afición, que llenó el estadio como no suele ocurrir en la presente temporada, ofreció de todo: ovación al ser presentado y tras el video de tributo, abucheos cuando tocaba la pelota y celebración cuando erraba.
“Tengo mariposas en el estómago. Tengo muchos recuerdos aquí”, dijo hoy James antes del partido. Pareció acusar los nervios en un primer cuarto con dos pérdidas de pelota y apenas una canasta y cuatro tiros libres. Mejoró sus números y acabó con 30 puntos.
La afición ovacionó al jugador en su presentación, aunque ya en pleno juego se escucharon numerosos abucheos cuando tocó y lanzó la pelota. Sus errores fueron tan festejados como las canastas propias.
Durante el primer tiempo muerto, llegó el momento más emotivo: el Heat emitió en el videomarcador un video de tributo con imágenes de James durante sus cuatro años en Miami.
El astro lo siguió con atención y al finalizar saludó a los aficionados, que volvieron a darle una gran ovación. Cuando se reactivó el reloj y se reanudó el juego dejó de nuevo de ser un ídolo para convertirse en un enemigo.
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No para Wade. Ambos mantienen una relación fraternal pese a haber separado sus caminos. Se abrazaron al inicio y al final del partido y antes del comienzo de la segunda mitad conversaron divertidamente. En la pretemporada Wade se rebajó el sueldo para que el Heat pudiera ofrecerle más dinero a James, que finalmente decidió volver a casa.
“Lo que creamos aquí va a durar para siempre. Nadie lo puede quitar de los libros”, dijo el gran astro de la NBA antes del encuentro, cuando hasta se le preguntó por una hipotética retirada de la camiseta 6 que vistió en Miami.
“Di todo a esta ciudad cuando estaba aquí”, recordó por si alguien lo dudaba.
Lo sucedido hoy en Miami no tuvo nada que ver con el ambiente que se vivió el 2 de diciembre de 2010, el primer partido que jugó James con el Heat en Cleveland tras su salida. El astro, considerado un traidor por dejar el equipo de toda su vida, enfrentó un ambiente hostil que no encontró hoy.
Ahora vuelve a ser amado en Ohio, mientras que en Miami hay disgusto, pero también reconocimiento por haber sido el líder de la mejor época de la historia del Heat.
