El piloto francés Jules Bianchi de la escudería Marussia, accidentado ayer en el Gran Premio de Japón de Fórmula 1, se mantiene en un estado “crítico, pero estable” en el hospital de Yokkaichi, pero puede contar con el apoyo de sus padres, llegados hoy tras un largo viaje desde Francia.
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De Niza a Yokkaichi, pasando por Dubái y Osaka… casi 24 horas tardaron los padres de Jules, Christine y Philippe Bianchi, en llegar al hospital para poder estar junto a su hijo, de 25 años.
Bianchi fue víctima el domingo de un dramático accidente, cuando su monoplaza chocó contra una grúa que trataba de sacar de la pista a otro coche accidentado en el circuito de Suzuka y que ha provocado un nuevo debate sobre la seguridad en la disciplina reina de los deportes del motor.
“Compréndanlo bien, es muy, muy grave (su estado de salud)”, declaró el portavoz de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) Matteo Bonciani, muy emocionado por su estrecha relación con Bianchi, al hablar brevemente a los periodistas por deseo de los padres del piloto.
Bonciani precisó que Bianchi se encuentra “estable”, un término médico que significa que no ha habido evolución en el estado del paciente, ni en un sentido positivo ni en negativo.