El amor entre Rocío Oliva y Maradona, con 31 años de diferencia, trascendió el año pasado y a principios de 2014, ambos se mostraron enamorados mientras compartían una convivencia que parecía armoniosa en Dubái, donde el exfutbolista está contratado para la promoción de acontecimientos deportivos.
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La joven, de 22 años, futbolista profesional de la liga femenina del club River Plate, archirrival de Boca Juniors del cual Maradona es fanático y exjugador, lleva más de tres meses haciendo declaraciones a los medios sobre peleas, desengaños e incluso violencia doméstica con su ex.
No obstante, en los últimos días sostuvo en las redes sociales y en declaraciones a programas de farándula de su país que estaba viviendo “una reconciliación muy linda” con Maradona en Rio de Janeiro, donde el ídolo condujo durante el Mundial de Brasil-2014 el programa De Zurda para la cadena regional Telesur.
Por eso sorprendió cuando fue detenida la noche del miércoles al llegar al aeropuerto internacional de Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, a raíz de una denuncia presentada la semana pasada en Dubái por su ex.
La joven fue liberada el jueves en la tarde pero de manera condicional mientras sigue siendo investigada.
Maradona acusó a Oliva del robo de relojes y pendientes de diamantes valorados en cientos de miles de dólares, de la mansión que compartieron en la exclusiva isla Palm Jumeira del emirato.
Inocente y desilusionada
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La joven reiteró que es “absolutamente inocente”, según su defensor, José Vera.
La interrogante es si Oliva puede ser extraditada a Dubái para responder ante la justicia de ese país por el robo que, según la prensa, asciende a 400.000 dólares.
Vera explicó a periodistas que no existe convenio de extradición entre Argentina y Emiratos Arabes.
“Maradona me hizo una cama (trampa). Él sabe que no le saqué nada”, dijo la joven con la voz quebrada a la salida del tribunal en Buenos Aires que autorizó su liberación.
El exfutbolista aseguró que ella “se burló” de él y advirtió que llegará hasta el final con este caso.
El abogado de Oliva calificó de “extraordinario” que un caso de esta magnitud haya llevado a la detención de la persona apenas pisó territorio argentino, y más aún que se hable de “extradición”, lo que atribuyó “al alto perfil del demandante”.
Desde su celda, Oliva expresó a través de su abogado que es “inocente y no tiene nada que devolver”.
Además dijo sentirse “desilusionada” y “decepcionada” por la decisión de Maradona.
Cinco hijos y cinco rubias
Maradona protagoniza, a los 53 años, un nuevo escándalo amoroso, un aspecto de su vida que él ha guardado con bastante recelo, pero dada su fama siempre hay un paparazzi o cronista del espectáculo que revela sus intimidades.
Una constante que salta a la vista es que la mayoría son mujeres curvilíneas y de tintes rubios, con toques de exhuberancia, y pueden como Oliva, actuar con familiaridad en los plató de televisión.
En medio de este lío judicial montado en Buenos Aires, Maradona llegó el martes de Brasil y se mostró ante los periodistas con su pequeño hijo Diego Fernando en brazos, su quinto heredero, fruto de su relación con Verónica Ojeda, de quien está separado.
A principios de año, Ojeda le puso pimienta a la novela al anunciar un segundo embarazo del exjugador y ex DT de la selección argentina, mientras él aún estaba con Oliva.
Además de Dalma (26 años) y Giannina (24), las dos hijas que tuvo con Claudia Villafañe, de quien se divorció en 2004 tras casi 20 años de matrimonio, Maradona debió reconocer la paternidad de Diego Junior (27), hijo de la italiana Cristiana Sinagra.
En 1999, la justicia argentina le dio su apellido a Jana (16), hija de Valeria Sabalian, camarera de una discoteca con quien tuvo una relación fugaz, tras la negativa del exfutbolista de hacerse un examen genético.