“Por el momento no hay nada decidido. No queremos evitar a nadie ni especular, afrontaremos el adversario que sea. No pensamos en las matemáticas, pensamos en ganar únicamente. Ser primeros es un objetivo”, explicó Löw.
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Los periodistas le recordaron que la situación actual del equipo alemán recuerda a la que vivió la República Federal Alemana en 1982, en el conocido como ‘partido de la vergüenza’, cuando ganando 1-0 clasificaba junto a Austria, y fue el resultado que logró tras un choque marcado por la apatía de ambos equipos.
“Hoy eso no significa nada para mí equipo. La mayoría de mis jugadores no había nacido y no tienen opinión porque no han visto el partido. No es fácil de entender hoy en día, no sabemos cómo ocurrió. Pero Jürgen (Klinsmann, seleccionador estadounidense) y yo, pensamos jugar para ganar”, dijo Löw.
Como ocurrió en la comparecencia de su colega, Löw tuvo que hablar de la amistad que tiene con Klinsmann, del que ‘heredó’ la selección alemana después de ser su ayudante durante dos años (2004-2006).
“La relación entre Jürgen y yo es muy interesante para los medios. Pero personalmente creo que es un partido contra otro país, decisivo para la clasificación. Entre nosotros, tenemos contacto, comemos juntos, hablamos de fútbol, de Alemania, de Estados Unidos… Es una amistad y no sufrirá por este partido. En el terreno vamos a ganar los dos”, dijo.
Finalmente Löw se refirió al equipo estadounidense, una de las sorpresas de la primera fase al derrotar a Ghana (2-1) y empatar ante Portugal (2-2).
“Los estadounidenses han mejorado tácticamente, son muy compactos. Te dejan tener el balón poco tiempo. Manejan el concepto de ‘un equipo, una nación’ y son muy entusiastas”, explicó.