“Portugal nunca fue favorito, honestamente, nunca pensé que podría ser campeón del mundo”, aseguró el Balón de Oro que está pasando sin demasiada pena ni gloria por su tercer Mundial.
PUBLICIDAD
A sus 29 años, probablemente ya no volverá a tener la misma plenitud y sigue mantienendo un ínfimo balance de dos goles en 12 partidos mundialistas.
Y, aunque se sacó un espléndido pase decisivo en los últimos segundos que permitió salvar la cara ante Estados Unidos, se espera más de él.
No obstante, parece que es consciente de la situación y sobre todo que ya considera a su selección fuera de un torneo, para el que la ve insuficientemente armada.
“Tenemos que ser humildes y ser conscientes de lo que podemos hacer. Actualmente, hay mejores equipos y mejores jugadores que nosotros. Puede que seamos un equipo medio, sí. Estaría mintiendo si dijera que éramos una de las mejores selecciones. Tenemos unos límites, lesionados… tenemos un equipo muy limitado”, añadió.
’Quedan 90 minutos’
“Creo que todavía es posible en el próximo partido”, consideró, en cambio, Silvestre Varela, el goleador que evitó la eliminación portuguesa.
PUBLICIDAD
“Quedan 90 minutos, todavía es posible”, añadió el portero Beto.
Sin embargo, con su abismal diferencia de goles en contra, harían falta tres puntos y un milagro para seguir adelante.
Demasiadas carencias lastran a esta Selecçao, empezando por las defecciones de todo tipo.
Aunque la suspensión de Pepe es culpa de un exceso de nerviosismo ligado a las expectativas imposibles de este equipo, la plantilla está fundiéndose como un helado en Manaos.
Tras los tres lesionados en la goleada alemana (4-0), que, lógicamente, afectó mucho psicológicamente a los portugueses, otros dos más se han añadido a la enfermería el domingo.
Y como la firmeza mental no parece ser el punto fuerte de los portugueses, a pesar de la igualada in extremis…
Hasta ahora, el centro del campo no ha sufrido y eso que, paradójicamente, tampoco hubiera sido demasiado perjudicial que se lesionara Moutinho.
Tras una temporada truncada con el Mónaco, el organizador, el regulador lusitano está desaparecido, llevando a cuestionar todo el equilibrio del 4-3-3.
Porque en este grupo que es el cuarto más viejo del Mundial, cuando el organizador no está, el equipo se parte en dos y no tiene la capacidad física para contrarrestar la caída.
En cierto modo, puede ser por esto que CR7, que parece haber entendido que esto no va a cambiar, parece tan aislado y baja sin parar a buscar balones.
Contra Estados Unidos, de manera excepcional, se saltó el centro del campo con mucho juego en largo.
Por qué, por qué…
Pero, ¿por qué Portugal que había empezado tan bien con un gol en el minuto 5 empezó a romperse?
Con unos jugadores a los que les gusta tocar el balón, ¿el plan era esperar? ¿No había recursos para hacerlo de otra manera?
El seleccionador luso respondió a esto entre líneas.
Si su equipo se paró, fue para defenderse y preservarse del cansancio en un clima asfixiante.
Si las oleadas estadounidenses los hundieron en el segundo tiempo fue por culpa de la lesión de Almeida que había hasta ese momento asegurado el flanco izquierdo, el punto fuerte de los rivales.
Eso obligó a Veloso a escorarse y el centrocampista, eficaz en el centro, dejó unos espacios imposibles de taponar.
“Todavía no es el momento de las críticas. Y si tienen que criticar a alguien, que sea a mí como entrenador”, dijo el técnico, que dirige a la selección lusa desde 2010.
Por ahora, ha logrado sortear el peligro, pero hay grandes posibilidades de que esto no dure.
