Bajo un sol de justicia y en un campo de tierra situado en este extenso puerto paquistaní en el que viven 20 millones de personas, los chicos siguen los ejercicios en sandalias o, en el mejor de los casos, en zapatillas. Siempre sin los tacos habituales de las botas de fútbol, pero todos ellos ataviados con camisetas que llevan el escudo del legendario club español.
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“Me encanta Cristiano Ronaldo porque corre muy rápido. Es el orgullo de su club, también de su país. Espero que algún día nosotros seamos como él, y que la gente de aquí diga que se siente orgullosa de ser paquistaní”, dice entusiasmado Mohammad Afzal, de 14 años, tras un entrenamiento.
Ronaldo, el Real Madrid… Los emblemas del fútbol mundial se empiezan a instaurar en Pakistán, gigante musulmán del sur de Asia donde el cricket es considerado una religión.
Una vez más, la selección nacional del país no logró la clasificación para el Mundial, que en esta ocasión comienza en menos de un mes en Brasil. Pero Pakistán puede presumir de haber dejado huella en la tierra del futbol con el tercer puesto en el Mundial de los ‘niños de la calle’, disputado recientemente en Rio de Janeiro.
La fundación local AmanSports, asociada con el Real Madrid, ha puesto en marcha desde hace un mes un proyecto para iniciar en el fútbol a 400 niños de barrios pobres de Karachi.
Al principio el club de la capital española era un poco escéptico con emprender este proyecto en Pakistán, situado en el puesto 159º de la FIFA y marcado por los atentados, subraya el director de AmanSports Khowaja Obaid.
“Ellos no comprendían muy bien la razón de que quisieramos hacer este proyecto”, señala a la AFP Obaid, que estuvo el año pasado en España con el objetivo de convencer al Real Madrid para que participara en el mismo.
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“Nuestro objetivo era importar la mejor experiencia del mundo del fútbol para donar a los niños un acceso al deporte”, añadió.
El fútbol, un elemento extraño
Con cerca de 80 academias por el mundo, el Real Madrid ha puesto los elementos para detectar los talentos del mañana. Y, aunque el sueño de convertirse en profesionales es casi imposible para los niños paquistaníes, sus entrenadores aseguran que el deporte les ayudará a formarse.
“Antes estos niños no sabían lo que era el fútbol. No obedecían a nadie, ahora sí lo hacen, cuando se les llama atienden a lo que decimos, han aprendido lo que es la disciplina”, dice el entrenador Azam Khan.
“Se puede utilizar también el fútbol como un medio para lograr mejores ciudadanos, mejores seres humanos, miembros de la sociedad, productivos para su comunidad”, añade Obaid.
“Si Dios lo quiere, estos chicos irán un día al extranjero y harán brillar el nombre de Pakistán. Ellos están capacitados para esto, sólo tienen que formarse”, advierte otro técnico, Mohsin Shah.
En este barrio de pescadores los niños ayudan a sus padres a reparar las redes. Su futuro; en un principio trabajar en el mar. Gracias al fútbol puede que encuentren otro camino.
El Real Madrid, por su parte, proporciona los equipajes, financia el proyecto y forma a los entrenadores. Algún día también podría incorporar a alguna de la jovenes promesas.
“Si tienen suerte y no se quedan aquí, en Karachi, podrían llegar lejos, convirtiéndose en los próximos Ronaldo, Messi o Benzema”, concluye Shah.