El gobierno de Dilma Rousseff renovó el estadio, que en 1950 fue escenario del recordado ‘maracanazo’ y que albergará a más de 78 mil almas, con un costo de US$435 millones.
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Construido hace 64 años, la polémica se desató por el costo de su renovación. Hoy, a pesar de la reforma, continúan las críticas, pues algunos sitúan el gasto en US$600 millones.
El nuevo Maracaná tendrá 12 estudios de televisión para el área de prensa, e irán tanto en tribunas como en los vestuarios. Además, el campo del estadio fue reducido y ahora la primera fila de la tribuna queda a 14 metros del campo.
Con un césped premium, con hojas más finas que permitirán a la pelota rodar más rápido. Sin duda un estadio de otra índole.
Hoy es más pequeño (en su inauguración albergó a 200 mil hinchas) y, según algunos, ya no pertenece al pueblo, sino a una élite que puede pagar las entrada y palcos vitalicios o los ticket entre clubes que cuestan como mínimo 45 dólares.
Pero con las obras listas, la alcaldía de Río de Janeiro solo aguarda el inicio de la fiesta mundialista que será el próximo 12 de junio.
Por lo pronto, el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, ya anunció que la venta de bebidas alcohólicas estará prohibida cerca al estadio durante los partidos que se disputen, una medida que se da en cumplimiento de una ley federal promulgada en junio de 2012 y que responde a una exigencia de la FIFA, que tiene entre sus patrocinadores una marca de cerveza.
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Además, mientras dure el campeonato la ciudad tendrá tres días festivos: el 18 de junio, cuando se enfrenten España y Chile, y el 25 del mismo mes, cuando lo hagan Ecuador y Francia, en los que el festivo comenzará a partir del mediodía. En cambio, el 4 de julio, cuando se dispute un choque válido por los cuartos de final, la fiesta será de día completo.
Dato El nuevo estadio tendrá 60 bares y cafeterías. Además, se han instalado 360 cámaras que vigilan y moniteran la seguridad del recinto.