El presidente de Uruguay, José Mujica, advirtió que analiza sacar a la policía de los estadios tras los desmanes que protagonizaron este miércoles hinchas de Nacional en un partido de la Copa Libertadores contra el argentino Newell’s en el Centenario.
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A continuación, un resumen de las iniciativas en diversos países de la región:
BRASIL:
La seguridad en los estadios de Brasil, que en 76 días recibe el Mundial de fútbol, varía según cada estado, pero por lo general tiene presencia policial, sobre todo en los juegos de clubes más grandes.
La ausencia de policía en un estadio de Santa Catarina (sur), por orden de la fiscalía, terminó por ejemplo en diciembre pasado con el brutal enfrentamiento entre hinchas de Atlético Paranaense y Vasco por el torneo nacional. La seguridad estaba a cargo de una empresa privada.
Un helicóptero de la policía invadió el campo de juego, con oficiales disparando perdigones a ciegas. El saldo fue cuatro heridos de gravedad.
Por disposición de la FIFA, durante el Mundial la seguridad dentro de los estadios es responsabilidad de vigilantes privados. La policía será responsable de los alrededores y sólo actuará dentro del campo en situaciones extremas.
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En total se desplegarán 100.000 efectivos de las fuerzas del orden y 20.000 guardias privados.
ARGENTINA:
Una prohibición de que asista público visitante rige desde 2013 para la primera división del fútbol, a partir del asesinato de un hincha del club Lanús, a causa de un disparo policial.
Las autoridades ratificaron para el actual torneo Final-2014 la medida de seguridad.
No obstante los últimos episodios de violencia se vienen registrando en varios clubes por rivalidades entre facciones de una misma hinchada.
El ministerio de Seguridad despliega “entre 6.000 y 10.000 policías” cada fin de semana para custodiar el fútbol, según datos de 2013.
CHILE:
Ante problemas similares de violencia, dos años atrás, Chile promulgó una ley que exige a los clubes de fútbol utilizar compañías privadas para la seguridad al interior y las afueras de los estadios durante los partidos.
Con esta nueva legislación, los clubes deben designar a un jefe de seguridad que se haga cargo en cada partido de un perímetro de 1.000 metros cuadrados alrededor del estadio.
Pese a la implementación del plan Estadio Seguro, como es conocido, aún siguen registrándose episodios puntuales de lanzamientos de bengalas o fuegos artificiales, prohibidos por la nueva norma.
ECUADOR:
En 2013 el gobierno ecuatoriano suspendió temporalmente la vigilancia policial dentro de los estadios de fútbol, a raíz de la agresión que sufrió dos días antes un uniformado por parte de aficionados en el estadio Atahualpa de Quito. El policía fue lanzado al vacío desde un tribuna, cuando intentó impedir el uso de una bengala durante el clásico capitalino entre Deportivo Quito y Liga de Quito. El uniformado sufrió varias fracturas. La policía retomó la vigilancia casi un mes después tras un acuerdo entre autoridades y dirigentes de los clubes para erradicar la violencia.
PERU:
La Federación Peruana de Fútbol (FPF) sanciona los actos violencia y racismo en el torneo del fútbol local con la suspensión temporal del estadio, jugar encuentro a puertas cerradas y la prohibición de ingreso a los recintos deportivos de los agresores o barras bravas, de manera temporal o definitiva.
En 2013, al menos seis encuentros fueron suspendidos en el torneo de primera división por falta de garantías de seguridad al público y por hechos de violencia contra los árbitros.
COSTA RICA:
El gobierno de Costa Rica emitió un reglamento en febrero pasado que permite a los clubes impedir el ingreso a los estadios a personas o grupos (barras) que hayan participado anteriormente en episodios de violencia.
La decisión la adoptó la presidenta Laura Chinchilla tras violentos hechos protagonizados por la barra del popular club Liga Deportiva Alajuelense, días antes en el Estadio Nacional de San José.
El ministerio de Seguridad Pública, por su parte, inició la elaboración de un padrón de personas con antecedentes de violencia en eventos deportivos.
HONDURAS:
En Honduras, en febrero pasado el presidente Juan Orlando Hernández se reunió en el campo de juego del Estadio Nacional con cabecillas de dos barrabravas para anunciar un programa “Estadios sin violencia”.
El fin era instalar una mesa “de prevención de violencia en los estadios” que incluía la instalación de cámaras.
Después de eso nada se ha hecho ni se ha retomado el problema.
En Honduras las barras son conocidas como mara-barras porque operan como las pandillas Mara-18 y Mara Salvatrucha.
EL SALVADOR:
La Comisión de Seguridad de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) y los líderes de las barras de los diez equipos en contienda de la Liga Mayor tras incidentes en algunos estadios acordaron este mes sólo el ingreso de pancartas y de instrumentos musicales – previa revisión por parte de la Policía – a los diferentes escenarios deportivos del país. Además está prohibido el ingreso de pólvora o pirotécnicos.
GUATEMALA:
En Guatemala se han registrado disturbios entre aficionadoS en dos estadios en el último mes, pero solo han suspendido los escenarios deportivos e impuesto multas económicas. Sin embargo, la policía sigue prestando seguridad en el interior de los mismos.