El documento sin fecha titulado “Diagnóstico preliminar de la Copa” y realizado a partir de informes efectuados en las 12 ciudades anfitrionas del evento, revela las seis ciudades “más críticas” en materia de seguridad.
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Según el informe, en Río de Janeiro hay “una relación difícil entre los poderes públicos y la sociedad”, y en Sao Paulo el recorte de 60 millones de reales (unos 25,4 millones de dólares) del presupuesto de la Policía Militar (PM) representa “un problema potencial”.
Entretanto, en Porto Alegre una huelga de transportistas de ruta puede convertirse en una bola de nieve, y en Belo Horizonte las huelgas de funcionarios pueden “alimentar las manifestaciones”.
En Fortaleza hay una división interna en la PM y en Brasilia “los partidos de la oposición están tratando de dañar la imagen” del gobernador, Agnelo Queiroz (PT, izquierda).
De acuerdo con Globo, el texto da cuenta también de las inquietudes de delegaciones extranjeras respecto a su seguridad y la de los turistas durante la celebración de la Copa.
Otros riesgos se suman a la lista, como conflictos entre indígenas y agricultores en Buerarema (noreste), donde se instalarán las selecciones de Alemania y Suiza; el descontento de comerciantes y residentes de Río vinculado al trabajo e incluso de la gente que vivía cerca de los estadios y cuyos terrenos fueron expropiados.
Sin desmentirlo, la oficina de la presidenta Dilma Rousseff, contactada por la AFP, dijo que el informe era “preliminar” y por lo tanto no concluyente. “Las informaciones publicadas por el diario no son oficiales y no han sido verificadas. Son el resultado de consultas informales de movimientos sociales de las ciudades anfitrionas de la Copa del Mundo y reflejan solo los testimonios ofrecidos por estos movimientos”.