Por: Rodolfo Rojas
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-¿Qué tal estuve? -le preguntó el árbitro al comentarista deportivo
-Genial -le respondió. Solo te faltó meter un gol
La anécdota, que revela la torpeza de un juez que se roba el show durante un partido de fútbol, ilustra también hasta qué punto, antes de la carrera en el Hungaroring, los neumáticos habían cobrado un protagonismo que dejaba en segundo plano a pilotos y autos.
Luego del monumental papelón en Silverstone, Pirelli recibió la orden, por no decir el clamor, de revisar la configuración de sus neumáticos. El deterioro de las gomas en carrera convertía la competencia en una prueba de resistencia y no de velocidad.
Este domingo, en Hungría, un circuito lento y estrecho, donde adelantar es muy difícil y en el que la temperatura en pista puede rondar los 50 grados centígrados, la gestión de neumáticos dejó de ser fundamental para ganar la carrera. El binomio piloto-auto volvió a ser el protagonista.
Y fue Lewis Hamilton, quien realizó una carrera épica de principio a fin para anotar su primera victoria de la temporada. Esta vez el Mercedes dejó de ser el auto que brilla en clasificación para perderse entre el pelotón del medio de los días domingo.
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Mérito de los ingenieros de la escudería alemana pero sobre todo de Hamilton que realizó tres adelantamientos excepcionales-uno a Button y dos a Webber- para asegurarse la victoria, pese a no tener un auto tan rápido como el Red Bull de Sebastian Vettel.
El parón veraniego permitirá a los equipos rezagados-sobre todo a Ferrari, que no pasa por su mejor momento con Fernando Alonso- tomar un respiro para enfrentar la recta final del calendario que definirá al campeón de 2013. Vettel, Hamilton y Raikkonen, en ese orden, son los favoritos.
