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El drama de quienes son indiferentes al fútbol en Brasil

ym4kubftwrhuziasw6apaelt7y.jpg publimetro.pe (YASUYOSHI CHIBA/AFP)

La ‘Seleçao’ clasificó para la final de la Copa Confederaciones de este domingo entusiasmando a buena parte de la población que espera con ansias el Mundial-2014 aunque, aún cuando sea el “país del fútbol”, hay muchos que se sienten ajenos a todos esos preparativos, a un año del mayor evento deportivo del mundo.

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Según un estudio de Ibope, 77% de los brasileños tienen al fútbol como una pasión. Y este deporte está en primer lugar para 82% de los hombres y 72% de las mujeres.

Pero, los datos sugieren que más de 35 millones de personas no le dan la más mínima importancia a lo que acontece en el césped.

El universitario Jaime de Araújo, de 20 años, es parte de esos millones de brasileños.

“A pesar de que a mi familia le gusta mucho el fútbol, nunca me interesó. Y he sentido la presión no sólo de mi familia, también de amigos y conocidos. Así que al menos tengo que saber el resultado de los juegos de Brasil para socializar”, contó a la AFP.

El país del fútbol

Según especialistas, la relación de los hinchas brasileños con el deporte es compleja y se refleja en diversos aspectos de la sociedad.

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“Concuerdo con la afirmación de que Brasil es el país del fútbol porque ese es el tema más recurrente en las conversaciones”, comenta el profesor alemán Martin Curi, doctor en Antropología que investiga la relación entre deporte y sociedad para la Universidad Federal Fluminense (UFF).

“El ex presidente Lula, por ejemplo, usaba muchas metáforas del fútbol para hablar de política”, añade.

Un factor importante destacado por estudiosos es cómo el nivel de exigencia de los hinchas brasileños, acostumbrados a las conquistas, acaba siendo un problema.

“En Brasil sólo el primer lugar sirve. El segundo, es el primero de los últimos. Si el equipo juega mal, los hinchas no van al estadio”, destaca Curi, que hace dos meses lanzó en Alemania su libro “Brasilien: Land des Fußballs” (“Brasil: el país del fútbol”).

Lucas Martins, estudiante de historia de 19 años, está en el grupo de aquellos que aman a su equipo el carioca Vasco da Gama más que a la selección.

“Uno crea una relación de pertenencia mayor por el club porque es parte de un grupo más específico. La selección no tiene rival en Brasil y la rivalidad es determinante en el fútbol”, explica.

Pero muchos brasileños se sienten ajenos al campeonato nacional. Una encuesta de la consultora Pluri, especializada en mercado deportivo, reveló que 20,8% de los brasileños no son fanáticos de ningún equipo. E incluso hay quienes odian al fútbol.

“Si quiere hablar de fútbol conmigo yo pido permiso, me levanto y me voy a hacer otra cosa. No puedo ni oír hablar de eso. Es como hablar sobre Nietzsche, no entiendo nada ni me interesa”; dice el administrador José Luiz Albernaz, de 54 años.

“Un tormento”

Pero en momentos en que el país se prepara para acoger la Copa del Mundo-2014, el deporte influye en la vida de todos, tanto de aquellos que están interesados como de los que no.

Uno de los reclamos de las manifestaciones de las últimas dos semanas en Brasil es contra los millonarios gastos públicos en la organización de la Copa Confederaciones, que termina el domingo, y el Mundial-2014.

Muchos se incomodan también con la “histeria” de los brasileños.

“Para mí el Mundial es un tormento. No consigo imaginar un país desarrollado culturalmente con toda esta histeria por un deporte. Brasil se detiene”, se queja Albernaz.

Para Martin Curi, el Mundial se traduce en una especie de nacionalismo exacerbado en Brasil.

En el gigante sudamericano es casi imposible escapar del Mundial, tanto como del Carnaval. Pero Albernaz ya tiene todo planeado: “En 2014 voy a arrendar una casita en la playa, sin televisor, con un generador eléctrico sólo para la ducha caliente y cargar una tablet llena de libros y música”, dice sonriendo.

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