La UEFA anunció este miércoles la propuesta de suspender al menos con diez partidos a los jugadores y técnicos que profieran insultos racistas, así como cerrar las gradas en las que los espectadores tengan este tipo de conductas.
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“Hacen falta sanciones y deben ser disuasivas. Proponemos que un jugador o entrenador con conductas racistas sea suspendido al menos con diez partidos”, señaló el secretario general de la UEFA Gianni Infantino durante una reunión en Manchester.
“Si los aficionados en el estadio son culpables de insultos o actos racistas, las tribunas en las que se cometieron serán parcialmente cerradas y en caso de reincidencia se cerrarán completamente y se impondrá un multa mínima de 50.000 euros”, añadió Infantino.
El año pasado, el capitán del Chelsea John Terry y el atacante uruguayo del Liverpool Luis Suárez fueron condenados respectivamente a cuatro y ochos partidos de suspensión por insultos racistas. Infantino consideró este miércoles que esas sanciones no son lo suficientemente severas.
“Presentaremos esta propuesta al conjunto de federaciones de los países miembros de la UEFA, pidiéndoles que apliquen las mismas medidas a escala nacional”, declaró el directivo.
“La lucha contra el racismo es una cosa muy seria, y debemos asegurarnos de que remediamos esto con actos, y no sólo con palabras”, añadió.
La promesa fue aplicada este mismo miércoles, ya que la UEFA acaba de condenar al club ucraniano Dinamo de Kiev a jugar un partido europeo a puerta cerrada.
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El club paga así los insultos racistas proferidos por sus aficionados en los partidos de Liga de Campeones contra el París Saint-Germain en primera fase, y de la Europa League contra Burdeos en dieciseisavos de final.
Si vuelve a producirse un incidente similar en un período de tres años, el equipo ucraniano tendrá que jugar un segundo partido a puerta cerrada, según la condena de la UEFA.
El Dinamo ha apelado la decisión, pero la UEFA aún no ha fijado ninguna fecha para la audiencia.
Por otro lado, en Escocia, el director ejecutivo del Glasgow Rangers ha sido acusado este miércoles de racismo por su Federación, por haber hablado de su predecesor, Imran Ahmad, como su “amiguito Paki”. El término, que se refiere a la comunidad paquistaní, se considera racista en el Reino Unido.
En los últimos años, la UEFA como la FIFA han sido acusadas de laxismo frente a los jugadores y clubes que profirieron insultos racistas, y de ser poco clara en su política.