Miles de personas se reunieron el domingo en Almere, en el centro de Holanda , para rendir homenaje al juez de línea que fue asesinado durante un partido de fútbol amateur, constató una periodista de la AFP.
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“Papá, te vamos a echar de menos”, dijo Alain, uno de los hijos de Richard Niewenhuizen , de 41 años, en un escenario instalado en uno de los terrenos de juego de un club de fútbol de la ciudad, el Almere City FC.
Más de 6.000 personas, según la policía, y unas 12.000 según la ciudad de Almere escucharon las palabras pronunciadas por el hijo de Nieuwenhuizen, antes de dirigirse en silencio hasta el campo del Buitenboys, donde tuvo lugar la agresión.
El 2 de diciembre, después del pitido final de un partido de juveniles, Richard Nieuwenhuizen fue agredido por adolescentes del equipo visitante, el SV Nieuw Sloten B1 de Ámsterdam, que acababa de jugar contre el SC Buitenboys B3 de Almere.