El marchista ruso Valeriy Borchin no soportó el esfuerzo y la presión de sus rivales y se fue directo contra las vallas de seguridad. Su cara fatigada, de inmediato provocó la alerta entre los asistentes, quienes veían jadeante y dolorido al campeón olímpico de Beijing 2008.
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Faltaba la última vuelta de la prueba y el ruso peleaba codo a codo con los chinos Ding Chen y Zhen Wang, y el guatemalteco Erick Barrond. De repente, su caminar se abrió y chocó contra los letreros y desfalleció. Aunque tenía los ojos abiertos, estaba catatónico.