“La primera vez que me subí a un barco de remo me caí al agua. Pero soy un buen nadador, así que no fue un problema”, relata el primer remero olímpico nigeriano de la historia, Hamadou Djibo Issaka, que empezó en este deporte en mayo y ya está en Londres 2012.
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Djibo Issaka se ha convertido en uno de los favoritos del público que acude a las pruebas de remo de los Juegos Olímpicos de Londres, pese a que ha sido el último en las tres carreras disputadas hasta ahora.
El remero de 35 años, antiguo nadador de los 50m libres, recibió todo el apoyo y cariño del público, que alabó su espíritu olímpico y su determinación y estuvo animándolo durante todo el recorrido hasta la línea de meta, tras 2.000 metros de carrera en la categoría de scull individual en Eton Dorney, la sede de las pruebas de remo, al oeste de Londres.
Sus tiempos fueron cada vez mayores, de manera que hizo un tiempo de 8:25.56 en las clasificatorias del sábado, 8:39.66 en la repesca del domingo y 9:07.99 el martes.
“Estoy muy contento con la atención que recibo. Me anima muchísimo”, dijo el remero antes de afirmar que “es fantástico ver la reacción de la gente. El apoyo que me brindan me ayuda a acabar cada una de las carreras”.
Viajó a Egipto un par de semanas para ejercitarse en el remo y acabó sexto en su primera carrera, antes de volver a Nigeria para seguir entrenándose en un bote de pesca.
“La primera vez que me subí a un barco de remo me caí al agua. Pero soy un buen nadador, así que no fue un problema”, bromea.
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“Antes de esta semana, nunca había probado una embarcación olímpica porque no tenemos este tipo de barcas en Africa”, añadió, antes de asegurar que “no conozco las técnicas, ya que sólo he estado practicando remo desde hace tres meses. Lo había visto en la televisión, pero nunca en la vida real”.
“He remado 2.000 m unas seis o siete veces y mi mejor tiempo es de 8:25.”, añadió, insistiendo en que “se trata sólo de tener valor y ganas”.
Ocurra lo que ocurra, Londres-2012 ha sido una experiencia reveladora para este padre de dos niños, que trabaja como jardinero y limpiador de piscina.
“Disfruté muchísimo de la ceremonia de apertura porque ví cosas que no había visto nunca antes. Me gustaron los fuegos artificiales”, relata.
“Es algo que nunca olvidaré”, insiste.