Maria Sharapova y Novak Djokovic protagonizaron una escena más para la historia de las Olimpiadas, pero no precisamente por un logro deportivo.
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El tenista serbio retó a la bella Sharapova a derribar una botella que él colocó sobre su cabeza de un pelotazo. Para su mala suerte, el disparo de su colega fue directamente a los testículos de Nole.
El singular juego hizo que se suspenda la preparación física de ambos deportistas por unos minutos.