La discordia se inició por un supuesto error con el cronometraje oficial. A raíz de ello, la surcoreana Shin A Lam se negó a abandonar la pista de contienda hasta que se “rectificara” el fallo. Lloró desconsolada y no se movió de la pista por cerca de una hora.
Finalmente, recibió la visita de los jueces, que le comunicaron que su derrota estaba confirmada, y la convencieron para que depusiera su actitud y pudiera proseguir la competición con la lucha por el bronce. Sin embargo, ella continuó negándose a abandonar la pista, aunque sí lo hizo después de que un segundo responsable fuera a hablar con ella. El público, eso sí, la despidió con grandes aplausos.