Este aficionado no sólo se metió a la cancha, sino que cobró un tiro libre y anotó en medio de la confusión del partido. Evidentemente el gol no contó porque el árbitro terminó el partido, pero el estadio gritó el tanto y la emoción no se la quitará nadie.
Sucedió en la liga de Montenegro, en el partido entre Buducnost y el campeón Lovcen.