A veces, incluso la familia, no es suficiente para levantarte de los malos momentos. El pasado domingo, después de un partido del fútbol holandés en el que el equipo de De Graafschap fue relegado de la liga mayor de fútbol del país, uno de los jugadores, en particular, se mostró abatido por el resultados, pero un momento adorable se presentó de imprevisto.
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Rogier Meijer estaba sentado, abatido en el campo, cuando su joven hija, Saar, se acercó a su ‘héroe’ toda enfundada en una camiseta del equipo de su ‘papi’. Le preguntó algo al oído y él siguió llorando. Ella insistía, pero la pena de su padre era muy grande. ¿Qué le habrá dicho la niña?