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‘Levántate y danza’, por Zoë Massey | AGENTE DE CAMBIO

Inés Coronado supera todas las barreras en escena. (Foto: Sebastián González) publimetro.pe

La vida y sus giros inesperados te pueden llevar de un mundo de libertad entre aros, telas, danzas, luces, escenarios y aplausos, a una silla de ruedas en una sola vuelta. La incertidumbre de lo que viene ahora… ¿Qué hacer? Sobre todo en un país que pareciera haber olvidado que la población con discapacidad existe y que no solo está ahí para celebrar un día al año. Pero a Inés Coronado, todo eso no la detuvo.

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Cofundadora y bailarina de la compañía Mundana, le ha dedicado su vida a la danza, desde la universidad al circo y a Agárrate Catalina. Hoy es coordinadora de Cuerda Firme, programa de circo social de La Tarumba.

En el 2014 tuvo una caída haciendo un dúo de acrobacia aérea y se fracturó la Una fractura en la columna la dejó en silla de ruedas. A ella, una mujer dedicada a la danza. Pero eso no detuvo a Inés Coronado, que siguió adelante y es un agente de cambio de su propia vida. Y un ejemplo para todos. ZOË MASSEY @zoepix Levántate y danza columna. Esta grave fractura generó una lesión medular y, en un primer momento, la parálisis en las dos piernas; la izquierda se recuperó, pero la derecha no. Ella hoy convive con su compañero, su hija recién nacida, una hermosa perra gigante Bruna, un bastón y una férula que sostiene rodilla, tobillo. Y gracias a su fuerza, también sigue conviviendo con la danza.

Inés es imparable. Tras haber sufrido la lesión, pasó cinco meses en silla de ruedas fortaleciendo cuerpo y alma y logró regresar a escena con Territorio Vertical, un solo de danza dirigido por Carla Coronado, su hermana y cómplice. Este unipersonal contó con una exitosa temporada de presentaciones en salas de Lima durante el 2017 y el 2018. Incluso participó en el Festival Escena Mobile de Sevilla el año pasado.

‘El camino muchas veces ha estado lleno de incertidumbres, pues en una lesión medular nunca se sabe cómo va a reaccionar el cuerpo. En esa incertidumbre siempre me puse del lado del ¡probemos! Si bien aceptar quedarme internada por cinco meses en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) fue una decisión muy dura, sabía que era la única opción de darle una oportunidad a mi cuerpo de reconectarse. Aunque todo está enlazado, si me hago cargo de mi cuerpo una consecuencia positiva habrá en mis emociones’. Así me responde cuando le pregunto si alguna vez tiró la toalla. ‘Tu cuerpo es único y válido así cómo es, cuidalo, acéptalo, escúchalo’.

‘Tenía mucho que decir respecto al miedo de verme paralizada’

¿Qué te motivó a retomar la danza luego de la lesión?

Iniciando el 2016, ya había empezado algunas prácticas desde lo somático, nuevas búsquedas más cercanas a lo que yo estaba acostumbrada a hacer antes y así lentamente empecé a sentirme más segura para moverme en el suelo, de alguna manera repasar los ejercicios básicos que hacemos en danza contemporánea, tomándome el tiempo de adaptar mi eje o de que mi pierna izquierda cargue a la derecha para poder incorporarla al movimiento. Justo en ese momento mi hermana Carla recibió una invitación para un festival de coreógrafas y propuso dirigirme. Pasamos varios meses en laboratorio de creación, sentía que tenía mucho que decir respecto al miedo que sentí de verme paralizada, lo complejo y a la vez maravilloso que es el cuerpo humano, la necesidad de romper con el estigma de la discapacidad… Y así fue surgiendo Territorio Vertical.

El Perú no es un país inclusivo, ¿cómo ves y manejas esto?

El tema de la accesibilidad en el Perú todavía no está contemplado en la práctica como un derecho: el transporte público, si ya es agresivo, para un individuo con movilidad reducida es prácticamente impensable. Muchos locales no tienen accesos fáciles y menos baños adaptados. Es por eso que las personas con discapacidad no salen de casa, por el temor que genera encontrarse con infraestructuras que no contemplan a una silla de ruedas o a una persona con bastones. Me aterra la llovizna limeña, y no por el clima, sino porque nuestras veredas de cemento pulido se ponen cual pista de patinaje y tengo que caminar el triple de lento para que mis bastones no salgan disparados.

¿Y es inclusivo en al ámbito laboral o académico?

No sé si llamarlo suerte, pero he podido volver a los lugares donde trabajaba antes (La Tarumba y la especialidad de danza de la PUCP). Confi aron en que mi experiencia previa no se había perdido con mi accidente y más bien me dieron la oportunidad de ponerme nuevos retos. Es un ejemplo de cuando un entorno laboral está dispuesto a incluir, es cuestión de tomar la decisión y hacer las adaptaciones que el espacio y el grupo humano necesitan. Sin embargo, me cuesta más tomar la decisión de inscribirme en clases de danza, ya que la gran mayoría son técnicas en las que se busca un perfeccionamiento del movimiento; siento que hay poco espacio para adaptarlo a mis posibilidades.

Si tu arte puede cambiar algo en favor de las personas con discapacidad, ¿qué sería?

Presenté Territorio Vertical en el INR, por el Día Nacional de la Persona con Discapacidad. Había una niña de 11 años, con lesión medular. El abrazo y emoción que nos dimos tras la función me llena de ilusión de pensar que quizá esta niña al verme sabrá que puede ir en busca de sus sueños, proponerse estudiar lo que le guste, no sentirse menos por verse diferente y que la creatividad es una herramienta poderosa para romper límites. La danza inclusiva es maravillosa, pues se potencia en forma y fondo con lo que los cuerpos diversos pueden comunicar. Si lo pasamos al mundo real, los entornos laborales, sociales, estudiantiles… se verían enriquecidos por la participación de discapacitados, para mirar desde otros ángulos, salir de lo convencional.

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