Culturales

‘La Hermandad de la Costura’, por Zoë Massey

El bordado también se ha ido adaptando, pasando de ser solo decorativo a contar historias, a apelar al pincel y la pintura.

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Por Zoë Massey
FOTÓGRAFA

El arte del bordado se remonta a miles de años atrás, habiéndose encontrado restos fosilizados hasta de la época de los Cromañones (30.000 antes de Cristo). Por algún motivo, con el paso de los años se convirtió en una actividad propia de las mujeres de casa. Saber bordar bien fue hasta signo de ser una chica ‘bien criada’ (¡!).

A través del tiempo, el bordado también se ha ido adaptando, pasando de ser solo decorativo a contar historias, a apelar al pincel y la pintura-y hasta a la tinta- para escribir en puntos bordados mensajes políticos, sociales, históricos. Es un arma artística fuerte, con carga genética y emocional, con recuerdos, con mucho que decir.

María Elena Alvarado formó con un grupo de mujeres La Hermandad de la Costura. De eso ya han pasado cinco años y hoy por hoy también hay hombres que forman parte de esta organización. ‘La hermandad nació como una iniciativa personal para enseñar que la costura y el bordado, anclados siempre en el plano doméstico y hasta obligatorio de las mujeres, podía y debía entenderse como un medio más de expresión en el campo de las artes visuales’, me comenta ella.

He venido siguiendo sus historias y trabajos bordados ya un buen tiempo en redes sociales. Tienen un mensaje fuerte, son feministas, son confrontacionales, son dulces y sencillos, pero nunca simples. Son narraciones bordadas.

‘La narración bordada atraviesa un espectro que va más allá de la unión de grafemas. Es un acto performativo que le agrega a la connotación del significante, el acto de perforar la superficie. El tiempo que toma esta ‘escritura’ en la trama deja aflorar otras huellas, que yo entiendo como genealógicas y, por qué no decirlo, reivindicativas de lo femenino’, explica María Elena.

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La hermandad nos trae ahora la muestra ‘Nuevos alfabetos: la puntada más allá del texto’. Participan Nicolás Alvarado Cariat, Lin Belaunde Morla, Gal Chacin, Gloria Colina, Phoebe Condos, Isabella Cuglievan, Gloribel Delgado Esquilín, Marivel Espinar Arriola, Claudia Freund, Claudia García Pereira, Mari Gho, Ximena Santillana, Leslie Spak y Nicolás Tarnawiecki. Se inauguró ayer en Dédalo (Sánez Peña 295, Barranco) y va hasta el 8 de abril.

Recomiendo no perderte la actividad de este sábado 16, abierta al todo el público, en la que se invita a los participantes a bordar un relato colectivo que será exhibido también como parte de la muestra. No es necesario contar con materiales ni conocimientos previos sobre bordado o costura, solo hace falta querer aportar a esta potente intención.

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